Se mira ya con cierta impaciencia el posible futuro juntos que tendrán el DTM y el Super GT, especialmente si el campeonato alemán se puede contagiar del buen estado de salud de sus nuevos socios asiáticos. Hace unos días, en la presentación del calendario del torneo nipón, mi compañero Àlex García ya apuntaba a que la intención de ambos campeonatos era la de colocar la primera prueba competitiva conjunta en el mes de octubre de 2019, algo que ha sido confirmado por el promotor del Super GT, Masaaki Bandoh al frente.
Por el momento sólo han sido disparos de fogueo, una advertencia de lo que puede llegar a verse en pista, siempre teniendo en cuenta que Mercedes AMG no formará parte de las parrillas una vez confirmada su decisión de abandonar el DTM a finales de 2018. Las exhibiciones nos han mostrado el colorido que tendrían las posibles carreras con los Audi, BMW, Lexus, Nissan u Honda en pista.
Habrá que esperar para saber si todos ellos formarán parte de esa primera carrera que se disputará en octubre (justo al haber finalizado el campeonato) en uno de los circuitos germanos y posteriormente en una posible segunda carrera ya en invierno en suelo japonés. La primera prueba conjunta, no valedera para los campeonatos encajaría precisamente en ese hueco dejado por el Super GT en su calendario, precisamente en unas semanas en las que el calendario en Japón ya está sobradamente saturado con la Fórmula 1 y el Mundial de Resistencia, a la espera de saber si el WRC también tendrá una cita en dicho país en 2019.
En cuanto a la normativa técnica del Class One se espera que sea adoptada por ambas series de formas escalonada, comenzando con el DTM ya en 2019 y siguiendo por el Super GT en 2020. Recordemos que el campeonato del país del sol naciente ya utiliza los motores de la futura reglamentación conjunta. También se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que las carreras salgan de Alemania y Japón, con el objetivo de crear un producto mucho menos hermético que atraiga a más fabricantes y aficionados.
