La osada maniobra que realizó Sebastian Vettel tras reanudarse el Gran Premio de Azerbaiyán en la vuelta 48, en la cual intentó adelantar a Valtteri Bottas y terminó cediendo dos posiciones, ha sido cuestionada porque le hizo perder el podio y además la cima del campeonato. Descender del segundo al cuarto lugar no podría considerarse una acción muy inteligente, sin embargo, el piloto alemán manifestó que su deber era ganar y de allí que asumiera el riesgo de ejecutar un movimiento extremo con sus neumáticos aún sin la temperatura más óptima.
Señaló Vettel que no le quedó más remedio que atacar a Bottas de inmediato ya que el Safety Car estropeó su estrategia y lo dejó en posición de desventaja. Por su mente no pasó conformarse con el segundo lugar porque su coche había sido el mejor durante el fin de semana y eso le otorgó la confianza para asumir el riesgo. Al analizar lo ocurrido posteriormente, tal vez si la maniobra sale bien y asume el liderato era muy probable que se hubiese encontrado con los restos de fibra de carbono que pincharon el neumático trasero de Bottas.
A pesar del revés, a Vettel no le preocupa lo ocurrido porque el nivel de Ferrari es el más alto, el coche es competitivo en todos los circuitos y los contratiempos sufridos tanto en China como en Azerbaiyán obedecen a causas fortuitas y no a problemas con la escudería. En grandes premios que se desarrollen con normalidad, los planteamientos deberían conceder las victorias a Ferrari porque ha mostrado el ritmo suficiente para controlar las carreras.
En palabras de Sebastian Vettel:
Debía intentarlo, lo hice y no funcionó. Obviamente ahora es fácil decir que no fue el movimiento correcto porque no salió bien. Lo intenté porque vi el espacio. Como dije, no funcionó, pero lo intenté. Dañé mis neumáticos con el bloqueo frontal, pero no quiero culparlos por mis fallas ya que yo soy el capitán de a bordo. En el resto de la carrera solo hay aspectos positivos.
Vía | Racer