Acostumbrados a verlos rodar completamente al límite, es difícil concebir errores de los pilotos del Mundial de Fórmula 1 en exhibiciones para el público, más aún si uno de los que sufre dichos problemas no es otro que la actual esperanza de Ferrari y luce cuatro mundiales a sus espaldas. Ayer Sebastian Vettel no estuvo exento de cometer un fallo en la exhibición realizada en las calles de Milán durante la jornada de ayer que le llevó a romper el ala delantera del Ferrari contra las protecciones de plástico.
Un error sin mayor importancia que obviamente ha cobrado trascendencia por tratarse de un piloto de primer nivel. El alemán descargaba parte de responsabilidad en lo que para muchos es un error sonrojante al apuntar a los medios italianos que se encontraba conduciendo el monoplaza configurado para Kimi Räikkönen y que por tanto los botones y la situación de la palanca del embrague estaban dispuestos de forma distinta a las que acostumbra a utilizar el piloto teutón. En el evento también participaron Pierre Gasly, Brendon Hartley, Charles Leclerc y Marcus Ericsson, todos ellos con sus respectivos equipos.
No es la primera vez que se producen este tipo de errores en exhibiciones y tampoco es la primera ocasión en la que Ferrari sufre las consecuencias. En una exhibición realizada en 2013 en Rusia, Kamui Kobayashi perdió el control de uno de los monoplazas rojos debido a las condiciones de mucha agua sobre el asfalto. Nick Heidfeld en una exhibición dentro de una de las factorías de BMW en 2008, Max Verstappen en Rotterdam en el año 2014 o Pastor Maldonado en su patria son algunos de los ejemplos de situaciones similares que han sucedido en estos Show Runs que sobre el papel no entrañan más complejidad que la de tratar que los trompos te queden lo más circularmente perfectos posible.
