Sébastien Bourdais, del equipo Dale Coyne Racing, resultó beneficiado al heredar el primer lugar tras un incidente entre Robert Wickens y Alexander Rossi a falta de dos vuelta para culminar el Gran Premio de San Petersburgo. Aunque también se debe indicar que el piloto francés en todos los tramos se presentó como candidato a la victoria así que su triunfo no se puede catalogar de casual o fortuito. En líneas generales, la carrera resultó entretenida por la diversidad de situaciones que se presentaron y por lo bien que lucen los nuevos monoplazas.
Bourdais es un histórico de la IndyCar y su reencuentro con la victoria, después de sufrir un fuerte accidente durante la clasificación de las 500 Millas de Indianápolis, despejó las dudas sobre sus condiciones físicas y su nivel de competitividad, tomando en cuenta sus 39 años de edad. Aprovechó que el novato Robert Wickens pagó su inexperiencia en el peor momento, al dejarle la puerta abierta a Alexander Rossi en la primera curva, quien entró un poco pasado pero con la parte interna del circuito en su poder. Wickens intentó cerrar hasta donde pudo y se produjo el choque que dejó al canadiense fuera de carrera, una lástima considerando que en su estreno salió desde la pole y llegó a liderar 69 vueltas.
Sin duda, el nuevo aerokit cumplió lo que prometía ya que en pista ocurrieron 366 adelantamientos, dejando atrás el registro anterior de 323 fijado en la temporada 2008. También que se observó una mayor paridad entre los equipos, situación que se pudo constatar cuando ningún piloto del Team Penske fue candidato a la victoria. El actual campeón de la serie, Josef Newgarden, apenas pudo finalizar séptimo, en tanto sus compañeros, Will Power y Simon Pagenaud, llegaron a la meta en la décima y décima tercera posición respectivamente. El australiano no pudo recuperarse totalmente de un trompo que protagonizó tras tocarse con Wickens al inicio de la carrera.
En contraste, quien sí pudo avanzar desde el fondo fue Graham Rahal, el piloto del equipo Rahal Letterman Lanigan Racing partió desde el último lugar y fue capaz de remontar hasta el segundo gracias a una inteligente estrategia de tres paradas. Para destacar además que Bourdais, Rahal y Rossi, los tres primeros en meta, salieron desde el puesto doce y más atrás, lo que concede una idea de lo impredecible que puede llegar a ser la IndyCar con los nuevos monoplazas.
En palabras de Sébastien Bourdais:
Ha sido difícil porque es complicado correr en este circuito en mitad del pelotón. Todo ha sido bastante duro para mí y también para la gente que me rodea, especialmente para mi esposa. Es todo un logro poder iniciar esta temporada con una victoria así, es decir bajarme de un coche, subirme en otro y poder ganar. Fue un día loco. Nunca me hubiera imaginado que todo esto sucedería.
Vía | IndyCar