Llegamos a finales de 2017 y podemos volver a estar en la antesala de un nuevo cambio en la carrera deportiva de Sébastien Loeb. Con la incertidumbre generada por los malos resultados conseguidos por el equipo Peugeot-Hansen Motorsport en el Mundial de RallyCross y la posibilidad de que estemos ante la última participación de la firma del león en el Dakar, las opciones de que veamos al nueve veces ganador del WRC de nuevo en el Mundial de Rallyes han aumentado, aunque siempre dejando claro que no será para disputar la temporada completa.
Será un regreso a los orígenes, al campeonato en el que Loeb ha conseguido sus mayores logros y récords. Siempre otorgando prioridad al World RX en el caso de que del programa no termine de forma precipitada. Mientras tiene Le Mans de nuevo en el radar de su futuro, sobre todo teniendo en cuenta la posible participación de Peugeot Sport con la llegada del nuevo reglamento, el alsaciano ha sido preguntado acerca del regreso del Mundial de Fórmula 1 de nuevo a su país, y como no podía ser de otra forma, se le preguntó acerca de su casi participación en un Gran Premio hace ahora casi 10 años.
Al igual que Sébastien Ogier hace unas semanas, Loeb ha vuelto a defender el encanto de los rallyes frente a otras categorías como la Fórmula 1. Los dos han probado las sensaciones de pilotar un monoplaza de la categoría reina, los dos se siguen quedando en la disciplina donde se encumbraron. Todo ello a pesar de que la experiencia del nonacampeón en circuitos es asombrosa: FIA GT, Porsche Supercup, WTCC, 24 Horas de Le Mans… Ninguna ha podio sustituir a los rallyes, ni tan siquiera el rallycross.
La potencia del motor se controla fácilmente, especialmente a medida que te acomodas al chasis. Realmente acelera muy bien, pero es manejable. Por otro lado, el apoyo aerodinámico y el rendimiento de los frenos son alucinantes. Las fuerzas G laterales son increíbles en curvas rápidas literalmente eres aplastado, y la frenada es monstruosa. Sin el cinturón, uno sería eyectado contra el volante.
Loeb rodó muy rápido durante la sesión de entrenamientos celebrada en el Circuit de Barcelona-Catalunya en 2008, llegando incluso a colocarse entre los ocho mejores tiempos. Los meses pasaban y Sébastien, con cinco títulos de campeón del Mundo de Rallyes ya esperaba el visto bueno de la FIA para poder competir en el Gran Premio de Abu Dhabi 2009 al volante de Toro Rosso. Nunca llegaría la superlicencia y siempre nos quedaremos con la duda de saber qué hubiera pasado si el piloto más exitoso de la historia de los rallyes hubiera conseguido trasladar su dominio también a la Fórmula 1.
Tuve la oportunidad de rodar en serio en la Fórmula 1 con Red Bull, a finales de 2008 en un día completo de pruebas en Barcelona. Sé lo que es la conducción de un monoplaza. No soy una persona que se lamente. Puedo entender la decisión de la FIA ya que no tenía gran experiencia en circuitos. Yo estaba en el momento adecuado en mi día de pruebas, Red Bull tenía esta idea, me habría ido, hubiera sido agradable, pero probablemente no habría ido más allá. Un poco de placer sin ambiciones particulares. Yo ya tenía 35 años y en la Fórmula 1 hay pilotos especializados en circuitos desde edades muy tempranas Para ser honesto, el coche deportivo en el circuito nunca me ha traído las mismas sensaciones del rally. Me gustó mucho la experiencia en el WTCC. Quería vivir las carreras de circuitos con un equipo de fábrica, sin embargo, tomé menos placer que en el rally porque era menos natural para mí. Soy así, me gusta cuando el rendimiento está relacionado con las sensaciones, con una parte de la improvisación.
Vía | GP France
