No era la primera vez que Sébastien Loeb se ponía al volante de un Kit Car. El alsaciano ha pilotado prácticamente todos los coches de rallyes de Citroën de las últimas dos décadas, y esto implica que además de los World Rally Cars con los que fue campeón (Xsara, C4 y DS3), también pudo catar al principio de su carrera deportiva la versión de dos ruedas motrices del Xsara y el Saxo Kit Car con el que incluso disputó algunas pruebas sueltas del Mundial de Rallyes encuadrado dentro del equipo de la FFSA.
Ahora, ya consagrado y con nueve títulos de Campeón del Mundo de Rallyes más uno Junior y a la espera de que empiece la temporada del World RX, Loeb se vuelve a divertir de otra forma al volante de una de esas bestias de los noventa. Algunos no los recordarán, otros no los habrán visto nunca competir, pero estos Kit Car llenaron los oídos de los aficionados durante su corta vida hasta que fueron sustituidos por los menos competitivos S1600.
Tan atractivos fueron esos vehículos ligeros de tracción delantera y motor de 2.0 litros atmosférico que las marcas decidieron apostar por sus propios equipos, incluso aquellas que contaban con presupuestos limitados y poca experiencia en la categoría. Vimos muchos modelos y de prácticamente todos los colores. Algunos más exitosos y competitivos como podían ser el propio Citroën Xsara KC, el SEAT Ibiza, Hyundai Coupe o el Peugeot 306 Maxi y otros menos afortunados como el Volkswagen Golf que sólo consiguieron despuntar en campeonatos nacionales como el británico.
Posiblemente uno de los que disfrutó aquella etapa Kit Car fue el propio Sébastien Loeb, tanto dentro como fuera del coche. Es por ello que, ahora como piloto Peugeot, vio la oportunidad perfecta de montarse de nuevo en uno cuando buscó una forma de seguir ligado a los rallyes entre sus actuales compromisos con la firma del león en el Mundial de RallyCross y raids.
Que el nueve veces Campeón del WRC consiguiera la victoria en el Rallye Haute Provence no fue una sorpresa, a pesar de que su carácter de prueba regional no impedía que en su lista de inscritos incluso hubiera algún Ford Fiesta RS WRC inscrito. Sin embargo, la velocidad de Loeb, acompañado por su mujer de copiloto y los 300 CV que eroga este 306 Maxi con motor puesto a punto por Pipo Moteurs capaz de empujar hasta las 10.000 rpm, permitieron sumar hasta siete scratchs de los ocho posibles.
El propio Loeb ha quedado bastante satisfecho con el resultado, especialmente en carreteras bacheadas y después de que su equipo, SLR reglara el coche para reducir al máximo el subviraje. El galo no podía evitar compartir orgullos alguna de sus OnBoards en redes sociales y lo cierto es que son una buena forma de homenajear a los Kit Cars aderezado por el pilotaje impoluto de un ‘Hors Catégorie’ de esto de los rallyes. Disfrutad.