No son muchas las ocasiones en que hemos visto a Sébastien Loeb vestir unos colores que no fueran los de Citroën. El francés ha competido prácticamente de forma ininterrumpida para la firma de los dos chevrones desde su temporada en el Mundial S1600 de 2001, hasta 2015, año en el que hizo su última aparición en el Mundial de Turismos, justo antes de fichar por Peugeot Sport para competir tanto en el Dakar como en el World RX (previamente también la Subida a Pikes Peak), algo que significó a la postre el principio del fin de la relación entre ambas partes que hasta entonces parecían inseparables.
Es cierto que lejos de los rallyes hemos visto a Monsieur WRC competir con un McLaren MP4-12C GT3 en las FIA GT Series, con uno de los Porsche 911 GT3 de la Supercup, e incluso con el Pescarolo de las 24 Horas de Le Mans. Sin embargo, las palabras Sébastien Loeb y Citorën han ido durante muchos años unidas, hasta el punto de que el paso por Hyundai Motorsport durante las dos últimas temporadas, aunque ha dejado destellos muy competitivos como Catalunya y Chile 2019 o Turquía 2020, parece ser una especie de contenido añadido en su carrera, la cual sigue brillando con la que fue su victoria número 79 al volante del Citroën C3 WRC y precisamente en la prueba española.
Sin embargo, en el pasado, Sébastien Loeb ya estuvo tentado por otros fabricantes, especialmente en los albores de su carrera deportiva en el Mundial, años en los que participó en sus primeras pruebas al volante de un World Rally Car con el Toyota Corolla WRC con los colores de la FFSA, e incluso se subió al SEAT Cordoba WRC en un test para la revista francesa Echappement en su primera experiencia con uno de los coches de la categoría reina durante la primavera de 1998.
Tras sus buenos resultados en 1999 tanto en Francia con el Citroën Saxo Kit Car como en sus apariciones con el Corolla, donde terminó en ambas ocasiones (San Remo y Córcega) dentro de las 10 primeras plazas, situándose con cierta asiduidad entre los seis mejores en los tiempos scratch, los equipos del Mundial se fijaron en ese joven francés que también estaba realizando grandes actuaciones sobre tierra. Sin embargo, fue su segunda plaza con el Xsara T4 WRC en San Remo 2001 lo que terminó por ponerlo en el mapa. Obviamente los lazos con Citroën allanaron que Loeb terminara siendo piloto oficial de los franceses en el WRC y que comenzaran un largo camino juntos plagados de éxitos que derivó en nueve títulos intercontinentales para Seb y Daniel Elena y ocho de fabricantes para el equipo de la “19 allée des Marronniers”.
Sin embargo, con la llegada de Loeb al Bahrain Raid Xtreme y a Prodrive, ha salido a la luz que la relación entre David Richards y Sébastien Loeb viene de muy lejos, concretamente de los primeros pasos de Seb en el WRC, cuando el británico… ¡Trató de ficharlo para Subaru! En ese momento, el responsable de la estructura con sede en Banbury era el que decidía los pasos de la firma de las estrellas en el Mundial, por lo que su intento de ficharle fue una apuesta arriesgada en busca de un recambio para un Richard Burns que abandonaría la disciplina del equipo a finales de ese año.
Después de San Remo 2001, todos los fabricantes me abrieron las puertas. ¡David Richards vino a buscarme a Estrasburgo! Me ofreció un programa completo con Subaru. En ese momento, prefería quedarme con Citroën durante media temporada en el mundial… ¿La historia de Montecarlo 2002? ¡Se remonta a hace mucho! Fue especialmente Mäkinen… – Sébastien Loeb a France TV y Gael Robic
Del no a Subaru a la historia de un despecho:
La estructura perdía al Campeón del Mundo, el cual tenía contrato firmado con Peugeot para 2002, mientras que Petter Solberg todavía estaba en formación y un Markko Martin que tuvo un año repleto de percances y que terminaría marchándose a Ford para completar el equipo con Carlos Sainz y Colin McRae. Loeb decidió declinar la apetitosa oferta de fichar por Subaru a tiempo completo y formar estructura con el que sería su gran rival por el título de 2003, decantándose por permanecer en Citroën y hacer un programa parcial en el Mundial durante 2002.
Subaru se decantó en ese momento por fichar a Tommi Mäkinen después del desastroso paso de Mitsubishi a la reglamentación WRC. En France TV le preguntaron a Loeb si pensaba precisamente que esta negativa a fichar por Subaru podría haber influido en la reclamación que puso Subaru en el Monte-Carlo de 2002 contra Loeb y el equipo Citroën. En aquella edición, los comisarios deportivos de la prueba aplicaron penalización de dos minutos por cambiar neumáticos en una asistencia (Service G de únicamente 10 minutos) en el que no estaba permitido.
Su equipo había cambiado los neumáticos antes de que el Xsara WRC hiciera el corto trayecto al parque cerrado de Mónaco por lo que no habían obtenido ningún tipo de ventaja competitiva. Sin embargo, esos dos minutos le hacían perder a Loeb el liderato, con una penalización que se mantuvo en el aire por la posible apelación del equipo, creyendo que era un castigo demasiado severo por un error que admitió el propio Guy Frequelin para un equipo que acababa de llegar prácticamente al campeonato.
Finalmente, la apelación se retiraría el lunes para “conservar las buenas relaciones entre Citroën y la FIA” y Tommi Mäkinen se llevó la victoria del Monte-Carlo de 2002 por delante de un brillante Sébastien Loeb que tuvo que esperar a Alemania ese mismo año para saborear su primer triunfo mundialista. Precisamente Loeb ha apuntado a que la insistencia de castigar aquel error fue más por parte del piloto finés que del que ahora es su jefe, David Richards.
Ford y Volkswagen también intentaron ficharlo:
No fue la única ocasión en que la historia podía haber dado un vuelco, ya que tras la decisión de Citroën de no incluirle en los planes del equipo para 2019 después de la caída de Abu Dhabi como «main sponsor», Malcolm Wilson intentó por segunda vez fichar a Loeb, de nuevo con el mismo resultado que obtuvo en 2005, cuando incluso Sébastien realizó un test al volante del Ford Focus RS WRC en verano de ese mismo año en el bosque de Greystoke, muy cerca de la sede del equipo M-Sport en Cumbria. La historia ya está escrita y Loeb volvió a decidirse por Citroën, aunque esto significara competir en 2006 bajo los colores de la estructura privada de Kronos Racing. Estaría bien conocer cuál fue la intrahistoria de su posible fichaje por Volkswagen a finales de 2011…
Fue fantástico verlo en el coche. Sabíamos lo que quería y que estábamos dispuestos a encontrar el dinero para hacerlo. Pero al final, quiso quedarse con Citroën. Creo que para entonces ya sabía que 2006 sería un año de transición e hicieron un compromiso a largo plazo con el nuevo coche para 2007 era un piloto francés, en un coche francés, con un equipo francés. El habría conseguido lo mismo con el coche. Nada habría sido diferente – Malcolm Wilson