La primera temporada de la Toyota GAZOO Racing Iberian Cup llegaba a su última prueba puntuable este fin de semana, el Rally Viana do Castelo, mismo punto en el que la actividad tuvo que ponerse de forma obligatoria en pausa después de que en el mes de julio, el alto riesgo de incendios que también vivimos en España, hiciera que las autoridades gubernamentales de Portugal parasen la prueba después del tramo espectáculo del viernes.
Lejos, muy lejos, quedaba aquel 7 de julio en el que Ricardo Costa y su copiloto, Rui Vilaça, sorprendían a todos y marcaban no sólo el tiempo referencia entre los competidores de la Copa monomarca, sino también en la clasificación absoluta. Después de completar la gira sobre tierra con la que empezó el campeonato con los pasos por Azores, Terra da Auga, el Rally de Portugal y el Reino de León, el inicio del asfalto nos dejó con un apabullante dominio por parte de Sergi Francolí y María Salvo.
Precisamente esta racha de resultados se dio después de que la copiloto regresara tras una pequeña ausencia en Viana do Castelo, siendo sustituida por Axel Coronado, en un cambio en el baquet de la derecha que finalmente no tuvo incidencia ya que el rally tuvo que aplazarse. A partir de ahí, el catalán ganó con contundencia el Princesa de Asturias, el Rally Vidreiro también en Portugal y finalmente el RallyRACC, algo que dio alas a sus opciones de campeonato después de tener que levantar los ceros que ya acarreaba el no haber estado presente ni en Azores ni en Matosinhos.
A partir de ahí, quedaba un último duelo, en este caso a cuatro, en el que el primero en caerse sería Dani Berdomás por un accidente en el TC3 del Viana do Castelo cuando se encontraba luchando por las primeras posiciones. El gallego, que ganó la última prueba sobre tierra del año en León, no pudo cerrar un año en el que la velocidad estuvo ahí, pero también los abandonos. Tampoco el piloto más regular de la temporada hasta su accidente en Vidreiro pudo pelear el título, con Ricardo Costa cediendo finalmente su liderato prácticamente al final del año, no pudiendo replicar el ritmo que imprimieron desde el inicio en Viana tanto Campos y Francolí.
Prácticamente nadie pudo hacerlo, ya que este fin de semana se demostró que lo visto en julio, en aquel tramo espectáculo nocturno no fue del todo un espejismo. Pleno de scratchs para los participantes de la copa, con Miguel Campos llevándose seis y Sergi Francolí los dos restantes, doblete del Toyota GR Yaris RZ en la clasificación absoluta de la prueba portuguesa (sin presencia de R5/Rally2’s, aunque con un buen batallón de los Mitsubishi Lancer Evo y el Porsche 911 GT3 de los Pérez Alonso) y toda una demostración de las capacidades del pequeño vehículo puesto a punto por MSI.
Solucionado el asunto de la victoria en la localidad a orillas de la desembocadura del Río Limia, tocaba echar cuentas para determinar el campeón, contando en este caso con que los scratchs sumaban un punto extra y que había que descartar los peores resultados en una prueba española y el peor resultado en Portugal. Es ahí donde ese scratch de Francolí en el cuarto tramo puso la cuenta muy a su favor. Incluso ganando y logrando los mejores tiempos en las especiales restantes, Miguel Campos se quedaba a un punto de la cuenta final del piloto catalán, e incluso, en empate, habrían prevalecido esas cuatro victorias acumuladas por Sergi y María. Finalmente el scratch en el TC8 de la pareja española le permitiría asegurar el trofeo por tres puntos de diferencia.
Buen inicio para la TGR Iberian Cup:
Balance cuanto menos positivo para la Toyota GAZOO Racing Iberian Cup, la cual tuvo cuatro ganadores distintos en las cuatro primeras pruebas y que a partir de ahí vio cómo la rápida adaptación de Francolí al GR Yaris RZ sobre asfalto marcó las diferencias en la lucha por el campeonato, permitiéndole enjugar esa desventaja que tenía hasta el momento. La juventud de Berdomás y del propio Sergi, frente a la veteranía y experiencia de Campos y Costa, en una temporada de debut de una copa monomarca que sólo puede seguir creciendo.
Ahora a la TGR Iberian Cup le queda una última cita, el fin de fiesta, el próximo 17 de diciembre en el Circuito de Madrid Jarama – RACE, escenario en el que se disputará el RallyShow de Madrid y donde los pilotos se darán un último baño de masas, justo antes de empezar a pensar en la temporada 2023, campaña en la que ya Sergi Francolí ha apuntado que le gustaría estar presente junto al equipo CSM Automoció.
Para entonces, el Toyota GR Yaris RZ estrenará cambios, empezando por esa nueva estética que le da el capó con las nuevas aperturas superiores especialmente diseñado para las pruebas muy calurosas de la geografía española y lusa, así como una nueva caja de cambios con Crabots que estará disponible opcionalmente para todos los participantes y que debería traer incluso un mejor tacto y competitividad al pequeño deportivo nipón.
En cuanto al calendario provisional, se espera de nuevo que haya un equilibrio entre cuatro citas en Portugal y otras cuatro en España (primera mitad de año sobre tierra y segunda mitad en asfalto), aunque por lo visto en el programa mostrado hace un par de semanas, se pasará a adoptar un perfil más nacional, siendo en teoría la salida al Rally Serras de Fafe e Felgueiras la de mayor presencia internacional.