Debía ser un fin de semana de carreras memorable (y aún estamos a tiempo de disfrutarlo), pero desde luego no sabrá igual. Mientras la Fórmula 1 regresa a la acción, al otro lado del charco se vive un evento único. NASCAR e IndyCar compartiendo escenario en Indianápolis. Pero será recordado por la ausencia de Jimmie Johnson al convertirse el siete veces campeón de NASCAR Cup Series en el primer piloto de NASCAR que da positivo por COVID-19 y debe ausentarse de una cita.
El positivo es noticia ya no sólo por tratarse del primero y ocurrirle al piloto más laureado de la parrilla, sino porque se convierte en un sobresalto más de la temporada de retirada de Jimmie Johnson, que ha acumulado accidentes y descalificaciones cuando parecía recuperar la competitividad y se ve obligado a parar justo cuando venía de anunciar un test en IndyCar con Ganassi, tras la fallida intentona de correr alguna cita rutera con McLaren. Le ocurre además en vísperas de la Brickyard 400, cita que se le da particularmente bien (cuatro triunfos) y tras una serie de 663 carreras disputadas de forma ininterrumpida.
Justin Allgaier será el sustituto de Johnson, quien de momento no ha mostrado síntomas de la enfermedad, al contrario que su esposa. Es obviamente el positivo de mayor impacto en el automovilismo estadounidense, al tratarse de una figura tan importante, en una cita tan señalada y con las 500 Millas de Indianápolis en el alero, mas no el único cuando los casos no paran de aumentar en Estados Unidos. Por ejemplo el brasileño Felipe Nasr también se ha visto obligado a renunciar a correr este fin de semana la cita de regreso del United SportsCar Championship por otro positivo cuando se dirigía a Daytona.
Foto | NASCAR