Con el reciente lanzamiento de Gran Turismo Sport, Forza Motorsport 7 o Project Cars 2, estamos empezando a ver que lo que hace unos años eran simples videojuegos de coches de recreativa, pueden empezar a entenderse como un refuerzo para los pilotos en la vida real. En pleno auge de los eSports y de lo Sim Racers, pilotos virtuales con más opciones cada día para disfrutar de la competición, estas plataformas han pasado a ser consideradas como la posibilidad de entrenar cada día detrás de un volante de competición sin tener que afrontar los costes de una jornada de test en circuito.
El piloto argentino, Agustín Canapino, es uno de los principales estandartes de este tipo de pilotos que además del entrenamiento físico y ejercicios mentales, han buscado en los videojuegos y simuladores una forma de no perder el ritmo de competición entre fin de semanas de carrera. Su caso, al igual que otros, parte de una experiencia con los juegos anterior a la de ser piloto de carreras en la vida real. ¿El secreto para sacar un buen rendimiento de esas horas detrás de la pantalla? Canapino lo tiene claro: nunca se debe tomar ese tiempo como un rato de ocio, sino como un entrenamiento en el simulador.
Max Verstappen, los pilotos de la GT Academy, Jon Armstrong, la utilización por parte de deportistas como Lance Stroll, Sébastien Loeb o los pilotos de Moto GP de la consola para aprender nuevos circuitos… todo ello nos deja entrever que con el actual nivel de detalles y de realismo, entrenar delante de la pantalla del ordenador con simuladores como iRacing o rFactor. Obviamente, tampoco es barato uno de estos simuladores. Hablamos de miles de euros en hardware para lograr encontrarnos en lo más cercano a un cockpit en el salón de nuestra casa, y obviamente seguirá faltando esa posibilidad de sentir en el ‘culo’ las reacciones del coche, pero su utilidad ha quedado más que demostrada.