Ni 24 horas hemos tardado en ver implosionar el proyecto de McLaren en IndyCar. Primero nos hemos enterado de la caída en desgracia de Bob Fernley, encargado hace meses de supervisar el programa al otro lado del charco. Y ahora Zak Brown ha contado con todo detalle a Associated Press la cadena de errores ridículos que llevó a los de Woking a ser tan poco competitivos y quedar fuera de la 103ª edición de las 500 Millas de Indianápolis.
El artículo original tiene poco desperdicio, pero por enumerar: no tenían volante para el test que tuvo lugar en Texas Motor Speedway, que el propio Zak Brown encargó pocos días antes a Cosworth; el chasis montado por Carlin no estaba pintado de naranja papaya y se encontraba en proceso de pintado cuando Fernando Alonso se accidentó en Indianápolis; McLaren no detectó el pinchazo con el que Alonso salió a clasificar el sábado porque disponían de sensores erróneos; el domingo el coche rozaba porque fallaron al convertir la altura de sistema imperial a decimal. Y la guinda del pastel fue que según Brown «teníamos un coche para hacer 229 mph pero nuestra relación de cambio era para 227,5 mph, así que volvimos a conseguir derrotarnos cuando casi lo teníamos hecho»… pero no se dieron cuenta hasta después de la repesca.
Zak Brown lo resume fácil: debió supervisar antes el proyecto y debió dar antes la riendas del mismo a Gil de Ferran, pero con la prioridad puesta en el equipo de Fórmula 1, se dio cuenta tarde. Y aunque debieron seguir intentándolo durante toda la semana pasada, el proyecto se fue a pique el día en que llegaron a Texas sin estar listos. Y con todo el estadounidense asegura que «hubo auténtico heroismo en todo esto. No quiero que el mundo piense que McLaren es un puñado de idiotas porque mientras hacíamos todo esto teníamos entre nosotros algunas estrellas de verdad». Eso sí, «habrá consecuencias para quienes no merecen trabajar para un gran equipo como McLaren».
Via | AP
Foto | IndyCar Series