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SMP Racing, futuro y presente del automovilismo ruso

El pasado martes se cumplieron 28 años de la declaración de soberanía por parte de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Un 12 de junio de 1990 los diputados del Congreso soviético dieron un paso adelante vital en la disolución de la URSS y la creación de un nuevo estado que desembocó en varias luchas de poder y disputas por obtener el nuevo dinero «cedido» por el gobierno central. Varios hombres de negocios se hicieron ricos en el sector energético, destacando entre ellos Roman Abramovich (propietario de la compañía Evraz y del Chelsea F.C.), Mikhail Prokhorov (ex presidente de empresas mineras y propietario de un fondo de inversión y de los Brooklyn Nets), Viktor Chernomyrdin (fundador de Gazprom) y Vagit Alekperov (presidente y fundador de Lukoil).

Entre esos nuevos ricos también aparecieron Boris y Arkady Rotenberg. Los hermanos de origen judío conocieron a Vladimir Putin en diferentes clases de judo y de artes marciales y montaron varios negocios de éxito, entre ellos un club de judo profesional, el grupo Stroygazmontazh (transporte de petróleo y gas) y el banco SMP, creado en 2001 y con interés especial en los países bálticos. Boris Rotenberg mantuvo un perfil bajo dentro de su papel y empezó a interesarse por el automovilismo, deporte en el que debutó en 2011. Compitió siempre con GT, siendo fiel a una marca interesada por pilotos gentleman a quien vender coches como es Ferrari.

Rotenberg examinó el terreno para pavimentar en 2013 la creación de SMP Racing, el autodenominado «Programa para el desarrollo del automovilismo ruso». El objetivo de dicho programa estaba claro: potenciar el número de pilotos rusos en certámenes internacionales, con especial atención a los monoplazas y los GT. 33 pilotos formaron el primer grupo de financiados por SMP, distribuidos en categorías de formación, el International GT Open, la Blancpain GT Series y el karting, con algún piloto extranjero que ayudase a la conducción rusa como fue el caso de Maurizio Mediani, Alessandro Pier Guidi o Pol Rosell.

El paso de Mikhail Aleshin a la IndyCar Series en 2014 añadió prestigio al novedoso programa, que mantuvo el papel formativo de promesas como Sergey Sirotkin, Egor Orudzhev, Nikita Zlobin, Matevos Isaakyan o Roman Mavlanov (campeón del International GT Open junto a Daniel Zampieri). Zampieri formó parte de la plantilla de ayuda que creció en esa segunda temporada: Mika Salo, Olivier Beretta, Andrea Bertolini, Nicolas Minassian, Luca Persiani y José Manuel Pérez-Aicart ayudaron a pilotos veteranos o sin experiencia internacional como los hermanos Kirill y Anton Ladygin, Sergey Zlobin, Viktor Shaytar, David Markozov, Alexey Basov, Mavlanov o el propio Rotenberg.

Las sanciones económicas de Estados Unidos a Rusia hicieron que se restringieran los pagos por tarjeta fuera del país, hecho que comprometió la temporada 2015 de Aleshin pero no le impidió mantenerse en activo, siendo el encargado de comandar el programa del BR01 en European Le Mans junto a los Ladygin. Por su parte, Shaytar, Basov y Bertolini ganaban el campeonato de GTE Am del Mundial de Resistencia al volante de un Ferrari 458 Italia. El ascenso de Isaakyan y Orudzhev en monoplazas se compaginó con la creación de la Fórmula 4 del norte de Europa, de dónde SMP seleccionó a Vladimir Atoev, Aleksey Korneev, Nikita Troitskiy y Aleksandr Vartanyan.

El BR01 nombrado en honor a Rotenberg siguió su camino en 2016, año en que Stefano Coletti, Andreas Wirth y Julián Leal encabezaron el cartel en ELMS, mientras que Vitaly Petrov se unía al equipo del WEC junto a Minassian, Mediani, Shaytar y Aleshin. Sirotkin finalizó tercero en GP2 por segundo año consecutivo y se consolidó en la puerta de acceso a la Fórmula 1, al mismo tiempo que Aleshin compaginaba programas entre Estados Unidos y Europa. Mathieu Vaxivière entró en la Fórmula V8 3.5 junto a Orudzhev y al imprevisto Isaakyan, que sustituyó a un Atoev lesionado en la espalda y relegado a Eurofórmula en una maniobra extraña.

La principal incorporación de cara a 2017 fue el regreso a la Blancpain GT Series. Miguel Molina y Davide Rigon pilotarían el Ferrari de AF Corse de colores rusos junto a Shaytar, en una estrategia muy distinta a la usada en 2013 con Basov, Markozov y demás pilotos inexpertos en carreras de GT; el equipo acabó cuarto en la Endurance Cup. Isaakyan y Orudzhev completaron un último año en monoplazas antes de probar en ELMS, previo al cierre provisional de un programa del WEC que retornaría tras un último año de Aleshin en IndyCar y una cesión de Petrov a Manor.

El nuevo BR1 fabricado entre SMP y Dallara debutó de mala manera, con un accidente de Pietro Fittipaldi y un vuelo de Isaakyan en Spa. A pesar de dichos contratiempos el dinero ruso consiguió el fichaje de dos pilotos de prestigio en el ex piloto de Peugeot y Toyota Stéphane Sarrazin y el campeón de Fórmula 1 Jenson Button. Aleshin, Petrov, Isaakyan y Orudzhev tendrán un duro papel por delante: ser el mejor equipo privado, en plena competencia con Rebellion y con un coche veloz y frágil. La lejanía con Toyota debería ayudar al equipo de Rotenberg a centrarse en su lucha, aunque nada es descartable en Le Mans.

Aleshin, Molina y Rigon tienen un Ferrari a su disposición en la Blancpain GT Series, campeonato en el que SMP ha ampliado su presencia con un Mercedes para Petrov, Michael Meadows y el prometedor Denis Bulatov, campeón en 2017 de una subcategoría del Campeonato Ruso de Velocidad (propiedad de SMP desde 2014). Atoev y Korneev han sido enviados a la Sprint Cup de la Blancpain para aprender dentro del escalafón con un Mercedes AMG, mientras Kirill Ladygin gana en un certamen nacional al que acaba de subir Nikita Volegov desde la SMP F4. Del campeonato ruso se han caído antiguos miembros del programa como Nikita Zlobin, Alexey Basov o Anton Ladygin.

Peter Aleshin es el jefe de la división de monoplazas y puede sentirse orgulloso con el trabajo realizado más allá de su hijo Mikhail: Sirotkin ha alcanzado la Fórmula 1 y le dará aún más visibilidad a la marca SMP, Robert Shwartzman viene con ganas de triunfar en el Europeo de Fórmula 3 después de destacar en la Fórmula Renault 2.0, categoría en la intentan emularle Vartanyan y el nuevo ascendido de la F4 en Aleksandr Smolyar. Troitskiy está en el FIA F3 aunque un nivel por debajo de Shwartzman, mientras Ivan Shvetsov y Pavel Bulantsev intentan demostrar su valía en la F4. Nikita Bedrin y Kirill Smal forman parte de la escuela del karting por segunda temporada junto al nuevo talento, Aleksey Brizhan.

Más de 70 pilotos han pasado por el programa del banco propiedad de un amigo de Putin, ansioso por correr en circuitos y distribuir un sucedáneo de «marca Rusia» que ha desembocado en pilotos y materiales de mayor calidad con el paso del tiempo. El auge de circuitos rusos en esta década se justifica con la inversión de un banco SMP que apuesta fuerte por la competición. El rescate y consolidación de Aleshin y Petrov, el mediatismo que da la figura de Sirotkin, el ascenso meticuloso de Isaakyan, Orudzhev, Shwartzman, Vartanyan, Atoev, Korneev, nuevos nombres como Smolyar, Shvetsov y Bulantsev. Incluso el buen papel de Shaytar y los hermanos Ladygin. Poco hace pensar que SMP no se ha convertido en una de las canteras más prolíficas del automovilismo mundial, sin nada que envidiar a programas oficiales de marcas.

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Héctor Sagués

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