Nadie nos hubiera dicho hace unos años que podríamos ver a los Sébastien Loeb, Carlos Sainz, Mark Webber, Mattias Ekström, Alex Wurz o David Coulthard compartir un programa de pruebas de competición. La Speedgang se reunía en el Red Bull Ring para grabar unos capítulos en el que daban rienda suelta a esos animales competitivos que hay detrás de cada uno de ellos, ayudados por otros nombres como Heinz Kinigadner o Raimund Baumschlager. Y es que, si bien nos es habitual encontrarnos a los Jeremy Clarkson, Richard Hammond, Jason Plato, Tiff Needell, James May o Chris Harris ser partícipes de este tipo de competiciones sin demasiadas complicaciones y diseñadas para el entretenimiento, tanto del espectador como de los propios rivales.
Y es que sin duda el producto conseguido por Red Bull durante poco más de dos años y con las limitaciones que suponía el que solo se emitiera a través de canales contados (Servus TV fue encargado de la producción, emisión y distribución) fue una de esas joyas que muchos no conocen de su existencia. Fueron unos capítulos en los que pudimos ver a algunos de los pilotos de rallyes y de la Fórmula 1 más exitosos, así como personalidades del motor austriaco como “Kini” o Raimund. Todo ello permitió que “Ring frei für die Speedgang” cumpliera con los sueños de todos los apasionados por la competición, de no solo disfrutar de sus deportistas favoritos luchando entre sí en pruebas de lo más variopintas, sino que también nos mostró la otra cara de los competidores en un ambiente mucho más informal y amigable.
Más allá de estos puntos, lo cierto es que terminamos por ver absolutas locuras, impropias en muchos casos de que competidores con contratos millonarios con sus respectivos equipos, teniendo en cuenta que Webber militaba por aquel entonces en Red Bull Racing, Carlos Sainz en Volkswagen o Sébastien Loeb en Citroën. Tanto el alsaciano como el madrileño ya sabía lo que era lesionarse practicando fuera de los tramos, por lo que a muchos nos extrañó el verles realizar pruebas como la siguiente, en la que competían al volante de un kart artesanal equipado con el propulsor de una moto de 1.000 cc (180 CV se estiman que tenía) y sin ni siquiera llevar mono ignifugo o casco bajo el veraniego sol austriaco.
Speedgang, únicamente tres temporadas en el aire:
Para los que pudimos hacernos en su momento con los capítulos subidos por algún buen samaritano a la red, lo cierto es que son documentos para guardar como oro en paño. Todo un espectáculo visual que seguramente no se supo sacar todo el partido a la posibilidad de contar con estrellas de primer nivel y con el tirón mediático como el que tenía por aquel entonces Felix Baumgartner, la primera persona que saltó desde la estratosfera. Se quedó en lo que podía haber sido uno de los mayores proyectos visuales de contenido automovilístico de la historia…
Aunque quizás haya que agradecerlo, ya que afortunadamente nadie resultó herido durante el rodaje de las tres temporadas que se realizaron, a pesar de que llegamos a ver a algunos pilotos compitiendo contra otros desde la caja trasera de un vehículo ligero (sí, también con motor de motocicleta) sin apenas sujeción que asegurara que no iba a salir proyectado. Todo parecía vivir en una realidad completamente alternativa a lo que conocemos por seguridad vial, por lo que a día de hoy sería difícil pensar en realizar un proyecto audiovisual similar para su emisión internacional. Sin embargo, también parecía una absoluta locura a principios de la pasada década y finalmente se hizo.