Seguramente este sábado haya sido uno de los días más difíciles para Max Verstappen en su ya no tan corta carrera deportiva dentro de la Fórmula 1, ya no sólo por error que dejaba al holandés fuera de la clasificación para el Gran Premio de Mónaco y saliendo desde la última fila en la jornada de mañana, sino porque tal y como ha demostrado Daniel Ricciardo, este fin de semana Red Bull Racing contaba con un monoplaza para arrasar a todos sus rivales a una vuelta precisamente para conmemorar su 250 GP en el Gran Circo.
No es que haya sido un error imperdonable. En 2016 Verstappen tuvo el mismo problema en la chicane previa a La Rascasse, mientras que Daniel Ricciardo ya golpeó durante el jueves ese mismo punto cuando trataba de descubrir los límites del RB14 en este circuito. En el caso de Max el accidente llegaba en el peor momento del fin de semana y también en el peor momento desde que llegó a la Fórmula 1 de la mano de la empresa de las bebidas energéticas.
Con 65 Grandes Premios a sus espaldas, Verstappen ha dejado de ser un rookie. El ganador del GP de España en 2016 y de los GP’s de México y Malasia en 2017, ya es todo un veterano dentro del campeonato tal y como destacaba Helmut Marko tras uno de sus fines de semana nefastos de este 2018. Sin excusas de fiabilidad gracias al gran trabajo de Renault en este apartado, los seis fines de semana de competición que llevamos esta temporada arrojan una cifra de siete errores de bulto que también han damnificado a otros pilotos.
Es cierto que si comparamos los resultados de las cinco primeras carreras con las de 2017 el resultado nos deja que sólo se ha empeorado un puesto, habiendo acumulado el año pasado dos quintas plazas, una tercera y dos abandonos, mientras que en 2018 se sustituye una de esas quintas plazas por un sexto, el logrado en Australia. Obviamente no son comparables si tenemos en cuenta que el inicio de campaña estuvo plagado de problemas y costó incluso más encontrar el rumbo correcto.
Este año, tras una pole en Mónaco y un triunfo en China de Daniel Ricciardo tras el desastre vivido en Australia y Bahréin, es Verstappen el que debe encontrar precisamente ese rumbo. En el equipo son ya varias las ocasiones en las que se llama a la calma a su joven talento. Son conscientes de que sigue habiendo un talento por explotar en Max, sin embargo, la paciencia y madurez debe empezar a trasladarse a las carreras. Las declaraciones de Christian Horner ayer volvían a ir en la misma línea que las de Helmut Marko hace unas semanas en China; es Verstappen el que debe entender que está desperdiciando grandes opciones cuando el coche es competitivo.
Este circuito no es indulgente y eso quedó probado en una sesión que no cuenta para nada, que sirvió principalmente para pulir los ajustes del coche. Él tiene un coche que es capaz de vencer esta carrera y eso va a frustrarlo aún más porque no tienes muchas oportunidades de ganar un GP de Mónaco. Él necesita aprender de esto y dejar de cometer estos errores y él lo sabe más que nadie. Creo que fue una clasificación muy dolorosa para él, porque es un piloto increíblemente rápido que podría haber luchado por la pole
Los pilotos de leyenda no se definen por ganar en los momentos en los que el viento va a favor, sino que son precisamente estos momentos de zozobra, en los que cada paso parece un tropiezo, los que permiten diferencia a los superclases del resto. Ver cómo Max Verstappen se recupera de esto nos dirá mucho más de él como piloto que las dos últimas temporadas con Red Bull. Uno de los mejores ejemplos, un compañero hasta no hace mucho, Daniil Kvyat. ¿Alguien quería ver la pasta de la que está hecho Max? El momento realmente es ahora, no hace cuarenta Grandes Premios.