Olvídate de la operación bikini, de las vacaciones con la familia, de esas semanas en las que todo el mundo estará en la playa mientras a ti te toca hacer horas extra en la oficina… Mientras que muchos campeonatos afrontan sus últimos días en activo antes de meterse de lleno en el parón veraniego, el Mundial de Rallyes agota su particular asueto antes de regresar con la fuerza de un ciclón, en este caso con dos de las pruebas más especiales sobre tierra y asfalto. Queda oficialmente inaugurada la temporada de saltos en el WRC.
Y este hecho no sólo se debe a que estemos a menos de tres semanas para que veamos a los pilotos habituales del campeonato intercontinental batirse el cobre en los cambios de rasante del Rally de Finlandia, también Alemania y su recorrido con mil y una caras ha demostrado en más de una ocasión ser todo un reto para unos coches adaptados con reglajes de asfalto que no están precisamente acostumbrados a sufrir un maltrato tal.
Un buen ejemplo de esto que estoy apuntando lo hemos visto durante los test realizados tanto por el equipo Citroën Racing con Mads Ostberg y Craig Breen como en el caso de las pruebas realizadas por Ott Tänak durante las últimas horas al volante del Toyota Yaris WRC. Vuelos a más de 130 km/h que llevan a los coches a despegar a más de metro y medio para planear y posar las ruedas del eje posterior (más neutro en el caso del Yaris) casi como si de un Boing 757 tomando tierra se tratara. No hace falta decir nada más si a estas alturas, con la imagen de portada y mis palabras, no os he llegado a convencer cualquier esfuerzo será inútil.
