Riga acogía este fin de semana la última cita europea del Campeonato del Mundo de RallyCross con la pelea entre los hermanos Hansen y Andreas Bakkerud en todo lo alto. Apenas dos puntos separan a los jóvenes pilotos escandinavos, por lo que la cita letona iba a ser todavía más importante para el resultado final de las series intercontinentales que se espera que mantengan su estatus la próxima temporada a pesar de que se espera que haya un calendario mucho más continental para favorecer la contención de costes de una parrilla que es totalmente privada.
Tras la presentación del Projekt E de STARD e IMG, el foco mediático se centraba en los Supercars térmicos que iban a protagonizar cada una de las mangas con el primer hecho curioso ya en la primera carrera de la Q1, ya que después de volcar en dos ocasiones no era el Hyundai i20 Supercar de Reinis Nitiss el que volcaba, sino el de su compañero dentro del equipo GRX, Timur Timerzyanov, el cual se tocaba con una de las protecciones interiores y se quedaba fuera de carrera en la primera curva, obligando también a que Nitiss tomara una trayectoria distinta para evitarlo.
Destacaba también la impresionante arrancada de Kevin Hansen en Q1, decidido a luchar hasta la última posibilidad por su primer título del World RX, el cual se sumaría al de Euro RX conseguido en 2016. Precisamente una carrera en la que Niclas Grönholm también nos dejaba uno de los intentos de adelantamiento del año sobre Cyril Raymond, el cual se defendería a la perfección al volante del Renault Clio R.S. Supercar del equipo de Guerlain Chicherit.
El francés precisamente cerraba una gran actuación en la tercera carrera, pero sería la cuarta la que atraería todos los flashes con la presencia de Bakkerud y el hermano mayor de los Hansen, la prometedora joven estrella lituana, Rokas Baciuska y el recientemente proclamado Campeón de Europa, Robin Larsson. Precisamente sería el piloto del Renault Mégane R.S. el que se impondría después de un adelantamiento espectacular a Baby Blue por el exterior en la última vuelta. De nuevo líder tras la primera manga después de haber demostrado en Loheac que se le da muy bien los sábados.
El inicio de la Q2 quedaría marcado por el toque en la salida entre Bakkerud y Kevin Hansen que relegaría al sueco al final de la carrera que estuvo comandada precisamente por el Mégane de Anton Marklund y en la que Baciuska repetía idéntico adelantamiento sobre Bakkerud en el exterior de la última curva, aunque no podría con el Campeón del Euro RX Supercar en 2017. Si en la primera carrera era Kevin el que tenía problemas en la salida, en la segunda era Timmy Hansen el que quedaba condenado por una mala salida.
Sin poder poner al frente al Peugeot 208 WRX, el hijo del 14 veces Campeón de Europa se veía emparedado entre los Audi S1 EKS RX de Szabo y Larsson, terminando contra las protecciones mientras que Doran y Niclas Grönholm se escapaban al frente. El finés se sacaba un interior espectacular de la chistera a la British Bomb que le valdría no solo la victoria en su carrera, sino que también el mejor tiempo del segundo Heat del sábado. Aun así era Baciuska el que terminaba la jornada en primera posición de la clasificación intermedia provisional, con la sorpresa de ver en esos momentos a Timmy en la 16ª posición.
El domingo la pista de Riga amanecía con el asfalto completamente mojado, situación en la que el Peugeot se encontraba como pez en el agua. Precisamente la pista letona fue el escenario de la primera victoria de Sébastien Loeb, también en un día de lluvia en el que los 208 WRX demostraron su gran estabilidad en estas condiciones. Estas condiciones sacaban del entuerto a Timmy Hansen, ganador en Q3 y Q4, resultado que le permitía pasar de estar eliminado a entrar en semifinales instalado en la segunda posición detrás de su principal rival por el título junto a su hermano, Kevin Hansen.
Esa competitividad ganada por los Peugeot la perderían los Renault del equipo de Guerlain Chicherit, cayendo los dos pilotos de la Academy y el propio jefe de equipo. La otra novedad venía por parte de los comisarios, los cuales decidían descalificar al nuevo Campeón de Europa de Supercars, Robin Larsson, después de su toque en Q2 con Timmy Hansen al intentar cerrarle la trayectoria en la última curva.
En semifinales, Timo Scheider y los Renault de Rokas Baciuska y Anton Marklund se autodescartaban de la lucha al entrar colados en la frenada de la primera curva, lo que dejaba a los dos Audi de Bakkerud y Doran con opciones de marcharse al frente, seguidos en este caso por un Niclas Grönholm que se ganaba un hueco en la final, demostrando que de no haber estado de baja por apendicitis durante varías carreras hubiera llegado con opciones de título a estas alturas del calendario. En la Semi2, Kevin Hansen le haría de parapeto a su hermano en la salida, manteniendo tras de sí a los otros campeones de Europa presentes en la manga, Timur Timerzyanov y Reinis Nitiss. Carrera muy limpia y sin sobresaltos en la que los dos pilotos locales no conseguirían superar el corte.
La final estuvo cargada de tensión. La lluvia arreciaba y de nuevo el Peugeot 208 WRX salía como un disparo desde parado. Bakkerud se encontraba encajado entre los Hyundai de Niclas Grönholm y Timur Timerzyanov, mientras que Kevin Hansen no podría avanzar posiciones para trata de unirse a los otros dos candidatos al título. Timmy comenzaría a tirar para distanciarse del segundo grupo encabezado por el hijo del bicampeón del WRC. No hubo más historia. Niclas tuvo velocidad suficiente como para superar a Bakkerud, pero no le llegó para hacer lo propio con el mayor de los Hansen que lograba su cuarta victoria del año y que tendrá casi dos meses para preparar su asalto al título en Ciudad del Cabo, cita a la que llega con un punto de ventaja sobre el piloto del Cartel Team y con ocho sobre Kevin.