Muchos miraban con preocupación el límite de motores antes de comenzar la pretemporada, incluso Lewis Hamilton apuntó a que en Melbourne tuvo miedo de castigar demasiado la mecánica en su persecución a Sebastian Vettel. Está claro que los equipos van a sufrir para completar 21 Grandes Premios con la limitación de apenas 2 motores y medio para todo el año. Otros, como la Scuderia Toro Rosso y su socio motorista Honda, ya parecen asumir que en 2018 incurrirán en las penalizaciones.
La primera piedra ya esta puesta. Este fin de semana, en el Circuito de Sakhir, los dos monoplazas de los de Faenza estrenarán nuevo elementos en sus unidades de potencia después del fallo de motor de Pierre Gasly en el pasado Gran Premio de Australia. Según el comunicado del fabricante japonés, esto se debió a un problema con el turbocompresor, que también derivó en el MGU-H. Para evitar complicaciones, el equipo de desarrollo ha preparado una modificación en ambos elementos que se estrenará en Bahréin.
No sólo Gasly estrenará motor, MGU-H y turbo. También su compañero, el neozelandés Brendon Hartley, renovará dichos elementos salvo el ICE como medida de precaución ante las exigencias de Sakhir en materia de desgaste de motor, altas temperaturas y el polvo presente. En el caso de este último, por ahora no se ha confirmado que su MGU-H y turbo hayan quedado descartados después de la carrera australiana, por lo que es posible que podamos verle utilizar dichos elementos y el motor de combustión a lo largo de la temporada, especialmente en entrenamientos libres.
Si no ocurre un milagro, los Toro Rosso comenzarán pronto a salir desde el fondo de la parrilla visto su rendimiento inicial y que los problemas de fiabilidad persisten por el momento.