En la próxima reunión de la Comisión de la Fórmula 1, pautada para este jueves, se estará planteando la posibilidad de revisar y modificar el reparto de la potencia de la nueva generación de unidades de potencia. Hasta ahora el balance establecido es de 50/50 es decir la mitad debe provenir del motor térmico y la otra la debe aportar el eléctrico. Sin embargo, desde el paddock se indicó que representantes de Ferrari y de Red Bull estarían lanzando la propuesta de un reparto de 66%/34%, idea que sería rechazada por Toto Wolff, argumentando que el trabajo realizado en Mercedes AMG High Performance Powertrains según la normativa planteada debe ser respetado, así que públicamente rechaza cualquier cambio.
No es la primera ocasión que la generación de motores de 2026 se ve comprometida ya que durante semanas se habló del posible retorno de los V10 pero utilizando combustible ecológico, idea que fue pausada hasta nuevo aviso. Al parecer, se ha corrido el rumor de que las nuevas unidades de potencia pueden experimentar ralentizaciones repentinas durante las carreras. Al respecto, la FIA ha realizado algunas investigaciones, pero ningún resultado ha sido público. En este punto, Wolff está confiado de lo que han concebido sus ingenieros y se manifiesta libre de preocupaciones.
Se cree entonces que tanto Ferrari como Red Bull estarían detrás de las presiones que existen para modificar el reglamento de 2026, en este caso para reajustar la proporción de la entrega de potencia y por lo tanto reducir el impacto del aporte eléctrico. Aunque Christian Horner niegue estar detrás de la sugerencias de cambios, su nombre aparece en todas las propuestas y cada vez que se pide su opinión jamás se opone a alguna alternativa planteada, lo que lleva a pensar que Red Bull experimenta problemas con el programa de motores que implementará junto a Ford en la Fórmula 1.
Vía Nextgen Auto
