Como es tradición el circuito de Silverstone fue el escenario donde se abrió una nueva temporada del Mundial de Resistencia, la primera sin presencia de Audi. Y su desenlace en la categoría reina, LMP1, quedó principalmente determinado por una de las novedades de la temporada: la limitación a dos kits aerodinámicos por campaña. Toyota y Porsche optaron por estrategias diametralmente opuestas y ello dio a la marca japonesa una ventaja que aprovechó su TS050 #8, con Sébastien Buemi, Anthony Davidson y Kazuki Nakajima al volante.
En la sesión de clasificación del sábado los Toyota ya avisaron de este dominio al montar una configuración de alta carga aerodinámica frente al de baja carga empleado por los Porsche, ocupando la primera fila de la parrilla y endosando más de un segundo a los Porsche 919. Por cierto, el mejor tiempo de la sesión (1:36.793) le hubiera valido a Kamui Kobayashi para entrar en el 107% y clasificarse para el GP de Gran Bretaña de F1 en 2016.
Ese dominio en tandas cortas se corroboró en el inicio de la prueba el sábado, con los TS050 mostrándose superiores a los 919. Pero el tiempo cambiante a punto estuvo de jugarle una mala pasada a Toyota, pues un chaparrón permitió a Porsche recuperar terreno: los alemanes demostraron buen ritmo con pista mojada y mejor ojo a nivel estratégico. Además sirvió para que el TS050 número 7 se cayera de la lucha por la victoria, al protagonizar una salida de pista y tener problemas con una barra estabilizadora. Eso sí, lo que le descartó definitivamente fue un fuerte accidente de José María López pasado el ecuador de la prueba: pese a que logró llevar el maltrecho Toyota a boxes, el argentino tuvo que pasar por el hospital para cumplir con chequeos médicos.
Con dos coches en pista frente a un único rival y una pista delicada en la que el rendimiento era mayor de lo esperado, Porsche apretó y puso contra las cuerdas a Toyota, llegando a liderar en los últimos compases de la prueba al ahorrarse un cambio de neumáticos. Pero finalmente imperó la lógica del fin de semana y el Toyota #8 se impuso por delante de los tríos Bamber/Bernhard/Hartley y Jani/Lotterer/Tandy. El otro Toyota logró volver a pista y acabar penúltimo, sumando unos valiosos puntos. Quienes no vieron meta fueron los chicos de ByKolles, representados por Oliver Webb, Dominik Kraihamer y James Rossiter ante la ausencia de Robert Kubica.
En la categoría LMP2, una monomarca Oreca pese a que Ligier se impuso un día antes en la primera cita de European Le Mans Series, se puede hablar de relativa sorpresa. La victoria no fue ni para Signatech Alpine, grandes dominadores de la categoría hasta ahora, ni para Rebellion Racing, sino para el equipo de Jackie Chan y David Cheng: Ho-Pin Tung, Oliver Jarvis y el joven kartista galo Thomas Laurent se subieron así a lo más alto del podio.
Entre los GTE-Pro por ritmo sólo los nuevos Porsche 911 RSR GTE de motor central hicieron de oposición frente a los Ford GT, pero ni siquiera una puerta suelta evitó el triunfo del GT pilotado por Andy Priaulx, Harry Tincknell y su flamante fichaje Pipo Derani. Además, un trabajo en boxes mejorable por parte de los alemanes hizo que finalmente el Ferrari 488 de Alessandro Pier Guidi y James Calado batiera al Porsche 911 de Richard Lietz y Frédéric Makowiecki en la lucha por el segundo puesto.
Y en GTE-Am no se puede hablar de debut feliz para Miguel Molina. Al volante del Ferrari 488 de Spirit of Race el español llegó con opciones de celebrar una victoria en su estreno junto a Thomas Flöhr y Francesco Castellaci, pero al intentar adelantar en la última vuelta a Pedro Lamy su coche y el Aston Martin del luso se tocaron, llevándose Molina la peor parte al acabar en la grava y no clasificarse. De rebote el triunfo fue para Clearwater Racing y el trío Mok/Sawa/Griffin.
Foto | Toyota Gazoo Racing