Despedida por la puerta grande del mítico Honda Raybrig del Team Kunimitsu, uno de los estandartes históricos del Super GT japonés con su mítico color azul. El NSX con su legendario dorsal número 100 se proclamó campeón del Super GT ayer en uno de esos finales destinados a pasar a la historia. El circuito de Fuji era el escenario de la última carrera de la temporada y con el gran rendimiento mostrado por Toyota con su nuevo Supra, eran los grandes favoritos para celebrar el título de GT500 en casa.
Sin embargo, en el automovilismo nunca se puede dar nada por hecho hasta cruzar la línea de meta… y esto lo volvió a vivir una vez más Toyota cuando Ryo Hirakawa perdió toda la ventaja de la que disponía en la última vuelta y fue superado por su principal rival en la lucha por el título saliendo de la última curva al quedarse sin combustible. Una derrota que se une a las de las 24 horas de Le Mans de 2016 o el Rally RAC de 1998 en el que Carlos Sainz se jugaba el título del WRC. Así, Naoki Yamamoto y Tadasuke Makino celebran el segundo título del Team Kunimitsu en la carrera de despedida de Raybrig, marca que desaparecerá el 31 de marzo de 2021 tras ser adquirida por Stanley y que por lo tanto ya no volverá a los circuitos el próximo año.
En GT300, Kiyoyo Fujinami y João Paulo de Oliveira protagonizaron el otro éxito popular de la jornada al proclamarse campeones de la clase pequeña en el Nissan GT-R GT3 de Kondo Racing, aunque la victoria en la propia carrera fue para el Toyota Supra de Green Brave en la que fue la única alegría de la marca propietaria del circuito.
GT500: ¡Hasta siempre, Raybrig!
En la importantísima sesión clasificatoria del sábado, la pole position acabó en manos de Ryo Hirakawa y Kenta Yamashita, reemplazo de Nick Cassidy para las dos últimas carreras de la temporada que firmó el nuevo récord del circuito de Fuji. Tras el coche número 37 de Toyota TOM’S, los números 39, 36 y 38 de Sard, TOM’S y Cerumo completaban un top 4 de Toyota que dejaba las cosas muy bien para la marca de casa, mientras Honda y Nissan se repartían los siguientes cuatro puestos a razón de dos por marca. El eventual ganador y campeón, el Honda Raybrig, arrancaba desde el séptimo puesto. La salida favoreció en primera instancia a los Toyota, aunque en la curva más lenta del circuito apareció de la nada un Ronnie Quintarelli que al volante del Nissan número 23 de NISMO pasó de la cuarta posición a la cabeza de carrera en una sola frenada por el exterior en uno de los mejores movimientos de todo el año. Sin embargo, en la vuelta 6 Yamashita recuperó la primera posición para el coche número 37 de Toyota y empezó a marcar el ritmo para buscar una posición que dejara a Ryo Hirakawa con las mejores opciones de ganar y ser campeón en su ‘stint’. Mientras tanto, la historia de la carrera empezaba a enredarse con la remontada del Honda Raybrig. Para el coche del Team Kunimitsu, esta carrera era especial al despedirse de su patrocinador, Raybrig. La marca propiedad de Stanley Electric desaparece el 31 de marzo de 2021 y no seguirá con su patrocinio en el Super GT.
De esta forma, la carrera siguió un camino favorable al Toyota KeePer número 37 incluso después de las paradas, con un Hirakawa que mantuvo a raya a sus rivales, partiendo con una ventaja de 15 segundos sobre el segundo clasificado. Este había pasado a ser el Honda del Team Kunimitsu, con Naoki Yamamoto al volante intentando cumplir con una misión imposible. Una despedida en el podio y como subcampeones era más de lo que se podía pedir, siendo además un gran estreno de la ‘afrenta histórica’ que es un Honda NSX con motor delantero. Poco a poco, la diferencia entre los dos líderes había ido cayendo hasta llegar a ser de dos segundos y medio al empezar la última vuelta. Yamamoto había ido acercándose a Hirakawa y este se veía obligado a incrementar el ritmo para seguir en primera posición. La posición del campeonato daba el título a cualquiera de ellos que se llevara la victoria, así que la lucha por la victoria era literalmente el duelo por el título. Saliendo de la última curva de la última vuelta, el coche de Hirakawa dijo basta. El Toyota KeePer número 37 de TOM’S de Ryo Hirakawa y Kenta Yamashita estaba sin gasolina y llegó a baja velocidad a meta antes de quedarse detenido unos metros después… en segunda posición de la carrera y del campeonato. Por delante, el Honda Raybrig número 100 del Team Kunimitsu se encontró una sorprendente victoria y campeonato para Naoki Yamamoto y Tadasuke Makino. El podio lo redondearon Yuhi Sekiguchi y Sacha Fenestraz en el Toyota au número 36 de TOM’S.
La imagen de la carrera, la contraposición de la alegría desmesurada en Honda con la decepción más inconsolable en Toyota. Makino llorando en el muro de boxes mientras Yamashita miraba las pantallas con incredulidad. Yamamoto quedándose sin gasolina en la vuelta de retorno al parque cerrado mientras Hirakawa descargaba toda su rabia con un puñetazo al guardarraíl. Luego coincidirían en el podio, respetuosos pero con cierta tensión. Y todos ellos compiten esta misma semana en la Super Fórmula en Suzuka… peleando por el título en los monoplazas.
GT300: Título de Kondo Racing pero sin Masahiko Kondo
En la categoría pequeña del Super GT, la situación estaba igualmente interesante y con varios detalles a los que prestar atención. Ante todo, la sorpresa relativa de ver al primer GT3 en cuarta posición en parrilla, siendo el Lexus RC F número 96 de K-Tunes. Mientras tanto, por delante la pole position era para el Toyota Supra de Green Brave, una de las sorpresas positivas de la temporada. El curioso coche número 52 de color verde es un JAF-GT construído por el equipo y no por la propia marca, que simplemente ‘dio permiso’ para su existencia. Tras ellos, el Subaru BRZ número 61 de R&D Sport partía segundo con el Toyota 86 «Mother Chassis» número 6 de Muta Racing tercero. En cuanto a la carrera se refiere, esta fue un espectáculo dominante para Hiroki Yoshida y Kohta Kawaai, los pilotos del Supra número 52. Después de ganar la primera carrera del año, llegaban aún con opciones matemáticas de ganar el título en Fuji pero para ello debían tener un fin de semana perfecto y esperar que los rivales tuvieran algunos problemas. Los del equipo de Saitama hicieron su parte a la perfección, dominando la carrera y cruzando la línea de meta en primera posición con una ámplia ventaja sobre sus rivales. De hecho, en los números esta ventaja es de 1 vuelta al haber sido de los últimos coches que pasaron por meta antes de terminar la carrera los vencedores en GT500. Dos victorias para este peculiar Supra es algo que jamás se habría esperado al empezar el año y fue la única alegría de Toyota en la jornada.
Por detrás, gran actuación también del Nissan número 56 de Kondo Racing. Saliendo también desde la séptima posición en parrilla (el 7 de la suerte, como en GT500), João Paulo de Oliveira y Kiyoto Fujinami tuvieron una carrera sólida que les llevó hasta la segunda posición cuando cayó la bandera de cuadros. El resultado era más que suficiente para que todo el equipo se proclamara campeón, siendo esto especialmente importante para De Oliveira. El veterano astro brasileño lleva 15 años en el Super GT pero jamás había logrado ser campeón en ninguna de las dos clases, por lo que su celebración estaba a la altura de las circunstancias. Por otra parte, fue también un momento extraño para el equipo Kondo Racing que dirige el cantante Masahiko «Matchy» Kondo. Gran aficionado a las carreras y piloto ‘amateur’ de pleno derecho (ha competido en las 24 horas de Le Mans en varias ocasiones llegando a colarse en el top 10 final), se vio envuelto recientemente en un escándalo al haber sido destapado un ‘affaire’ fuera del matrimonio. La agencia que le representa le ha suspendido y el propio Kondo decidió no acudir a las últimas carreras del Super GT y de la Super Fórmula. Se perdió así un día histórico para su escuadra al llevarse el título del GT300 por primera vez. En cuanto a la carrera en sí, el podio lo cerró el Toyota 86 Advics de Muta Racing con Kazuto Kotaka y Ryohei Sakaguchi al volante.
Así termina una extraña pero bien resuelta temporada 2020 para un Super GT que de una manera u otra logra que este año sea recordado por la acción en pista y por motivos deportivos, más allá que por el Coronavirus. En GT500, Naoki Yamamoto y Tadasuke Makino son campeones con un total de 69 puntos, mientras Ryo Hirakawa es subcampeón con 67, en solitario tras no haber compartido coche con Nick Cassidy en las últimas dos carreras. Koudai Tsukakoshi y Bertrand Baguette son terceros al volante del Honda Keihin de Real Racing, por delante de Yuhi Sekiguchi y Sacha Fenestraz en un muy buen año de debut en GT500 con 4 podios pero sin victoria. Mientras tanto, en GT300 el título de João Paulo de Oliveira y Kiyoto Fujinami llega con 71 puntos por 62 de Hiroki Yoshida y Kohta Kawaai con el Toyota Supra de Green Brave. La tercera posición con 59 puntos es para Naoya Gamou y Togo Suganami en el Mercedes de Leon Racing. Por el momento, el calendario de la próxima temporada espera que esta pueda arrancar en Okayama los días 10 y 11 de abril.