Los adelantaba Nasser nada más llegar al vivac tras ser remolcado por hasta tres pilotos de Toyota (De Villiers, Chabot y Rautenbach) después de haber logrado el mejor tiempo en la primera etapa y haber sufrido un buen susto tras un conato de incendio en su Hilux V8. A pesar de que algunos se temían lo peor, finalmente los problemas aparecidos a 10 kilómetros del final del recorrido cronometrado no impedirán al qatarí tomar la salida en el día de hoy.
Los daños producidos después de que una fuga de aceite terminara produciendo la aparición de algunas llamas tras cruzar la línea de meta, han sido reducidos (algunos contactos eléctricos), nada que el equipo Toyota GAZOO Racing South Africa no pudiera sustituir en la asistencia. Por su parte, parece que el bloque motor no ha resultado afectado, por lo que se puede evitar una sanción de 50 horas que le hubiera dejado fuera de la lucha por un buen resultado.
Nasser se mostraba aliviado a su llegada al vivac antes de afrontar los más de 800 kilómetros de la segunda etapa (275 de ellos cronometrados) con la tranquilidad de no tener un problema grave de motor en su Toyota Hilux V8. Aun así, la fiabilidad empieza a preocupar en el seno del equipo tras sufrir dos problemas mecánicos sin ni tan siquiera haber empezado las secciones más duras del Dakar 2017. Especialmente la altitud y el fesh-fesh pondrán a prueba la resistencia de los ‘otros’ grandes candidatos al triunfo.