No, la NASCAR no es un lugar donde veamos a las marcas presentar grandes novedades. Prácticamente desde los Guerreros Alados de los que habló recientemente mi compañero Humberto, los stock cars han tendido hacia una mayor estandarización, lo cual no ha evitado chistes como el de la película Cars y las pegatinas que su protagonista, Rayo McQueen, tenía por faros. Pero en los últimos años han buscado cambiar esa tendencia, primero con los preciosos coches de la Xfinity Series y luego dotando a las marcas de algo más de libertad en los frontales de los coches de la categoría reina.
Es en este marco en el que Toyota ha presentado con motivo del Salón de Detroit el nuevo Camry con el que competirá en la recién renombrada Monster Energy NASCAR Cup Series. No deja de ser un stock car, pero su frontal parece del siglo XXI. Y eso en una categoría tan tradicionalista como es la NASCAR es un enorme salto adelante. Por cierto, la versión de carreras se verá antes en acción que el Camry de serie, que no llegará a los concesionarios hasta dentro de unos meses.
Sin duda lo más curioso de esta historia es que en una categoría tan seguida por los medios estadounidenses como la NASCAR y con tantos equipos y suministradores involucrados Toyota haya logrado mantener el secreto hasta el día de la presentación: según publica AutoWeek los empleados de Toyota Racing Development se hartaron a firmar contratos de confidencialidad y Joe Gibbs Racing llegó a tintar las ventanas de sus instalaciones para preservar el secreto. Enhorabuena.
Foto | AutoWeek