En la primera cita en Sebring ya vimos un anticipo de lo mucho que podría sufrir Toyota GAZOO Racing para mantener esa posición tan dominante mostrada durante las últimas temporadas, especialmente tras las marchas de Porsche y de Audi. La estructura dirigida por Kamui Kobayashi ya salió a las 6 Horas de Spa-Francorchamps sabedores de que se le había escapado la pole position en favor del Glickenhaus.
Aunque lo intentó Olivier Pla, no tardaron demasiado en colocarse los dos GR010 Hybrid al frente de la clasificación general, en este caso con Sébastien Buemi y Mike Conway en las dos primeras plazas y en lo que parecía que iba a ser una tarde relativamente tranquila hasta que las previsiones meteorológicas comenzaran a confirmar que las opciones de lluvia tenían un porcentaje que las hacía ser una amenaza más que a tener en cuenta, especialmente en la región de las Ardenas.
Para entonces, ya habíamos visto varios periodos de amarilla, siendo el Ferrari 488 GTE del equipo Iron Dames el primero que se quedaba encallado en la grava de la curva uno, todo ello mientras que para los competidores de GTE Pro, había lugar para la polémica después del duelo fratricida entre los dos Porsche oficiales.
Después del reinicio, Pla pudo mantener a raya a los dos Toyota durante la primera hora de la carrera, antes de sucumbir ante Buemi en Les Combes para perder el liderato antes de que un pase de Conway en la curva 19 relegara a Glickenhaus a la tercera posición general. No le quedaba otra cosa a Kevin Estre que levantar la mano y reconocer su error al echarse encima del 911 RSR GTE de Gianmaria Bruni después de despistarse en La Source, haciendo que el italiano tuviera que ralentizar la marcha por daños en una de sus ruedas.
El doloroso abandono del equipo líder:
La carrera no había hecho nada más que empezar ya que Sébastien Buemi ya torcía el gesto cuando después de la primera bandera roja el helvético empezara a informar de problemas para arrancar el Toyota número #8. La imagen de toda la parrilla esperando a que el GR010 se pusiera en marcha ya nos adelantaba lo que finalmente se convertiría en un drama mucho mayor.
No tardaríamos mucho en ver en un costado de la recta de Kemmel al Toyota detenido (problemas en la parte híbrida terminales), con Buemi tratando de realizar todo el procedimiento para resetear el sistema. Se volvió a mover durante unos metros, pero finalmente Sébastien Volvería a detenerse, recibiendo las instrucciones a través de la radio para que saltara desde el prototipo evitando el riesgo de arco eléctrico, todo ello mientras hacía señas a los comisarios para que no tocaran el vehículo.
El Toyota número #7 se quedaba por tanto con la cabeza de la carrera, por delante del LMP2 de Prema y del equipo WRT con Sean Gelael al volante, ambos promocionados en la clasificación general después de un trompo de Pla durante el periodo de coche de seguridad, mientras que el Alpine A480 LMP1 también se saldría con André Negrao al volante.
La pista no estaba en condiciones y el primero en demostrarlo fue precisamente el LMP2 pilotado por Miro Konopka, el cual perdió el control del prototipo cuando tocó la grava a la salida de la curva de Fagnes, indicativo de que el grip se estaba deteriorando rápidamente debido a las primeras gotas de lluvia. Uno de los principales damnificados de esta situación fue precisamente el equipo Corvette, el cual se encontró con los boxes cerrado cuando su coche estaba en precisamente recibiendo una reparación rápida tras un problema, lo que le llevó a ser doblado en varias ocasiones hasta que pudo salir del pit-lane.
Tres banderas rojas de nuevo tras Sebring:
Hubo tiempo para otras dos banderas rojas (a más de uno le vinieron recuerdos de lo sucedido en Sebring hace unas semanas) en lo que sin duda fue otra edición caótica de las 6 Horas de Spa-Francorchamps, la segunda de ella cuando ya se había rebasado el ecuador de la prueba por un accidente de Alex Brundle con el LMP2 de Inter Europol. Todos estos golpes de teatro nos permitieron incluso ver a un prototipo de la segunda clase liderar la prueba, concretamente Robin Frijns, el cual se situó por delante del Alpine y del Toyota, aunque el GR010 podría aprovechar en parte su tren motriz con tracción total no permanente.
Con dos horas y media por delante, Pechito López, Kamui Kobayashi y Mike Conway tuvieron opciones para seguir escalando posiciones y terminar llevándose la victoria después del doloroso cero que se llevaron hace unas semanas en la cita estadounidense, mientras que el Alpine de Andre Negrao, Nicolas Lapierre y Matthieu Vaxiviere terminó segundo, mientras que el Glickenhaus fue tercero entre los Hypercar y noveno de la categoría absoluta en una desdichada oportunidad para conseguir su primera victoria.
Aun así, el rendimiento de la Scuderia Cameron Glickenhaus fue positivo, cometiendo un grave error cuando se pusieron en contacto con Pipo Derani para conocer si había que montar neumáticos de mojado o “slicks” cortados, aunque la baja calidad de la comunicación por radio llevó a que Pipo entendiera únicamente que se trataba de slicks, llevando a una mala elección que obligó a Romain Dumas a detenerse de nuevo para montar los semi-slicks y posteriormente tener que volver a hacerlo para poner los de seco cuando la pista ya había evolucionado.
En cuanto a los LMP2, el equipo WRT volvió a demostrar su competitividad con el triunfo de Sean Gelael, Robin Frijns y René Rast, hasta el punto de que incluso llegaron a soñar con un triunfo absoluto. Posteriormente les tocó una tarea de supervivencia, con un choque contra las protecciones en Les Combes y posteriormente un contacto con un coche trompeado. Cerrarían la primera posición con doblete de la estructura ya que Ferdinand Habsburg, Rui Andrade y Norman Nato fueron segundos. JOTA completó los tres primeros, con Roberto González, Antonio Félix da Costa y Will Stevens.
En GTE-Pro el Ferrari 488 GTE Evo de Alessandro Pier Guidi y James Calado se llevó la victoria por delante de Miguel Molina y Antonio Fuoco a pesar de que fueron estos últimos los que lideraron gran parte de la carrera. El acertado tempo de cambio de neumáticos para el Ferrari #51 y un último pit-stop para poner combustible llevaron al triunfo a la pareja italo-británica. Kevin Estre y Michael Christensen terminarían segundos finalmente en una reñida batalla con Fuoco y Molina que se decidió por medio segundo. Christian Ried, Sebastian Priaulx y Harry Tincknell lograron lo propio en GTE-Am con el Dempsey-Proton Porsche.