Aunque no es exclusivo de la Fórmula 1, uno de los puntos de los que más se ha hablado en tiempos recientes – aparte de la propia normativa, dominio de equipos, falta de espectáculo y un larguísimo etcétera – es la cuestión de los ‘track limits’. Es decir, cuando los monoplazas rebasan los límites de pista permitidos, ya sea en clasificación o carrera, para ganar una ventaja ilegítima. Algo que no ocurría antaño y ha llegado hasta el punto en el que los circuitos están tomando diferentes medidas para solucionarlo.
Cuando los errores se pagaban en circuito
Hasta finales del siglo XX, todos los circuitos tenían en común una cosa: una vez se acababa el asfalto, tras un piano más o menos delgado, más levantado o más plano, estaba la hierba y/o la gravilla. Si te ibas largo, a la hierba, a perder tiempo o incluso a trompear o quedarse empanzado. Ahora bien, desde que Paul Ricard pasó de ser un circuito más al sur de Francia a unas ‘instalaciones de test de alta tecnología’, quitando la gravilla para convertirlo en un mar de asfalto, el automovilismo cambió por completo en este sentido.
Tener escapatorias de asfalto es más seguro, sin lugar a dudas: al ser más abrasivo, detiene mejor los vehículos además de ser más fácil de recuperar el control, evitando posible choques contra las barreras. Pero al mismo tiempo permite que los errores no se castiguen como ocurría a menudo, llevando a abusos y cruzar esos ‘track limits’. Ante las exigencias de seguridad, muchos circuitos FIA fueron adaptando estas escapatorias de asfalto, para bien de la seguridad y para mal de otros aspectos.
Estas imágenes del Gran Premio de Austria de 1999, hace justo un cuarto de siglo, cuando aún se llamaba A1 Ring y resonaba aún el eco del antiguo Osterreichring, sirve de clara comparativa con los enormes pianos y escapatorias de hoy día – además de los numerosos casos de infracciones de límites de pista que se dieron en 2023. Una tendencia que choca con el propio ‘aprendizaje’ de los pilotos, pues en el karting todo lo que sea salirse de la línea de la pista significa perder tiempo por regla general.
Los problemas de track limits también se ven en otras categorías, empezando por la MotoGP que cada vez parece igualarse más a la Fórmula 1. También se aplica en otras categorías FIA como el Mundial de Resistencia, como cuando el Cadillac #2 (en el que corría el español Álex Palou) vio cómo se invalidaba la vuelta que le hubiera servido para salir segundo en las 24 Horas de Le Mans 2024. Incluso en rallyes hay algo similar sin ser límites de pista en sí, pues donde no hay árboles o piedras para limitar cortes en las curvas se colocan balas de paja u otros elementos para asegurar que se vaya por el trazado.
Poco a poco, algunos circuitos recuperan las puzolanas de toda la vida
Tras años de quejas por parte de diferentes sectores, al fin parece que la FIA y los circuitos están reaccionando. En Spa-Francorchamps se ha cambiado el asfalto por el retorno de una puzolana en la curva de La Source, mientras que mientras se escriben estas líneas el circuito de Monza está realizando obras en la primera curva. En el caso de Red Bull Ring se han colocado pequeñas tiras de puzolana en las dos últimas curvas, pero el propio ancho de los pianos lleva a que, sin llegar a los extremos de 2023, siga habiendo problemas de límites de pista.
En el caso de Red Bull Ring se ha hecho dejando, eso sí, el asfaltado de fondo, lo cual tiene todo el sentido del mundo en materia de seguridad. Otra mención aparte merece el hecho de que, con escapatorias de asfalto, los pilotos son capaces de asumir más riesgos e incluso llevar a cabo maniobras irresponsables dado que ahora hay un margen y una seguridad que no existía en tiempos pasados. Otro tema que queda pendiente es el de las ‘salchichas’ que han provocado más de un susto monumental en años recientes…