Siguió el carrusel de decisiones de título de NASCAR en Miami, óvalo de milla y media diferente a cualquier otro y sin embargo más único y justo en sus carreras. La Xfinity Series cerró el campeonato en otro evento falto de emoción con solo dos banderas amarilla y con un sorprendente campeón. Y es que Tyler Reddick aprovechó de manera apoteósica su abuso efectivo de la línea exterior para ganar con autoridad y apuntarse el título de la segunda categoría nacional del stock car. Cole Custer no pudo tomar el control con mejores neumáticos después de dominar la primera parte, mientras Daniel Hemric se diluyó y Christopher Bell pinchó al final.
Custer (dominador en Miami en 2017) y Bell (ganador de siete carreras este año) eran los ocupantes de la primera fila. Bell patinó mucho en la salida y fue adelantado por Reddick, Justin Allgaier y John Hunter Nemechek. Hemric salía 10º y alcanzó a Bell y al trío que luchaba por la segunda posición usando el interior de forma efectiva, a su vez permitiendo el hueco de dos segundos de Custer. El resto del primer segmento transcurrió con la misma tensión sin apenas cambios de posición, imponiéndose Custer a Hemric, Reddick, Allgaier, Nemechek y Bell. Reddick completó la primera parte con una bolsa en su radiador que le puso en riesgo de sobrecalentar el coche.
Caesar Bacarella trompeó al final del primer segmento a la salida de la última curva bajo caution. Custer mantuvo el liderato en la primera parada en boxes, dónde Bell ganó tres puestos y Hemric perdió cinco. Nemechek adelantó a Reddick y a Bell para irse a por Custer, cayendo Reddick junto a Austin Cindric y un recuperador Hemric. Bell demostró más ritmo y pasó a Nemechek para situarse segundo pero el piloto de Ganassi le recuperó la posición y alcanzó a un Custer que mantuvo la compostura. Venció el de Stewart-Haas el segundo segmento por delante de Nemechek, Bell, Hemric y Ryan Preece, siendo Reddick octavo en un mal stint.
Nemechek y Bell rebasaron a Custer en el pit lane y ahí empezó el verdadero reto de la carrera, con su segunda mitad aún por disputarse. Nemechek se puso líder con el exterior a su favor y Bell se centró en cerrar los ataques de un velocísimo Custer que solo tardó un par de vueltas en rebasar al de Toyota. Custer, Bell, Hemric y Reddick se situaban en el top 5 y estaban separados por tres segundos, manteniéndose las distancias con el paso de los giros en una demostración de igualdad entre contendientes. Reddick se acercó a Hemric en la lucha por el cuarto puesto y le acabó rebasando después de un par de roces con el muro que no le hacían un favor.
Reddick encontró un nuevo y mejor ritmo y también adelantó a Bell para ser tercero, recortando los dos segundos a Custer de cara a la lucha por el campeonato. Custer empezó a rodar más rápido y cazó al líder Nemechek, sin atrever a adelantarle demasiado. Bell se adelantó a los demás pilotos de la pelea por el título y realizó su última parada a falta de 58 giros para el final, siguiéndole Reddick una vuelta después. Hemric tardó cuatro vueltas más que Bell y Custer entró cinco vueltas más tarde, siguiendo en el circuito con neumáticos más gastados y regresando al asfalto con mejores gomas pero detrás de sus rivales en la lucha entre a cuatro bandas.
Hemric se descolgó y quedó descartado por ritmo, situándose Reddick primero y Bell segundo con Custer cuarto y recortando terreno con neumáticos mucho mejores; Garrett Smithley trompeó yendo a boxes sin necesidad de sacar una caution al cruzarse en el pit lane. Bell encontró el ritmo que necesitaba y adelantó con menos desgaste a un nervioso Reddick que rozó el muro de nuevo. A Custer se le coló Nemechek por el camino y el de Stewart-Haas perdió un poco de tiempo para pasar al de Ganassi, cuando lo hizo tardó aún menos en alcanzar a la tensa batalla por el liderato de carrera y el trofeo de campeón.
Bell solo pudo mantener a Reddick por detrás nueve giros, rebasando el de JR Motorsports al de Gibbs con un coche muy potente por la línea exterior. No funcionaron los intentos por el interior de Bell, rápidamente adelantado por Custer en la segunda posición. Empezó ahí una guerra psicológica entre Reddick y Custer que el de Chevrolet ganó con calma gracias a una excelente línea exterior que le permitía alejarse del de Ford con un set-up decisivo de línea externa. Bell tocó aún más el muro en la parte final y acabó pinchando a falta de diez giros, sentenciando sus opciones de título al entrar en el pit lane y reparar sus daños.
No hicieron falta las banderas amarillas para proclamar a Reddick, que ganó con siete segundos de ventaja y se llevó un título nada esperado a pesar de haber sido el primer ganador de la temporada en Daytona. Custer finalizó segundo y lejos, seguido de Nemechek, un perdido Hemric y Cindric. Bell llegó a meta 11º y doblado después del pinchazo que ayudó indudablemente a la proclamación de un Reddick imperial en el momento decisivo al que le bastó con ganar la primera y la última carrera de la temporada para imponerse a un futuro Cup como Hemric, y dos juniors prometedores como Bell y Custer.