A diferencia de su generalmente más entretenida telonera, la Xfinity Series dio un espectáculo igualado en buena parte de su ronda decisiva en Homestead-Miami. El Big Three habitual de la segunda categoría nacional asaltó las primeras posiciones y Tyler Reddick acabó haciendo valer sus esfuerzos de líneas distintas para llevarse su segundo título consecutivo, después del que consiguió en 2018. Reddick subirá a la Cup Series junto a sus dignos rivales en Cole Custer y Christopher Bell, a la vez que se espera que un poco inspirado Justin Allgaier siga su recorrido en el campeonato intermedio de NASCAR.
Reddick y Custer salieron en la primera fila y Brandon Jones empujó a Reddick al liderato, siguiéndole Custer bajo los claros cielos mientras Bell salía séptimo y Allgaier 16º. Un reventón de motor de Ray Black Jr. y un duro accidente de Tyler Matthews cortaban la carrera. Bell subía al tercer puesto y Allgaier al noveno entre resalidas, atacando Custer a Reddick antes de que NASCAR sacara una caution para revisar un muro dañado por los restos del coche de Matthews. Bell y Allgaier no pararon junto a un grupo de 15 coches y perdieron posiciones ante el empuje de los que sí cambiaron gomas, entre ellos Reddick y Custer.
Chase Briscoe ganó el primer segmento seguido de Custer, Justin Haley, Reddick y John Hunter Nemechek. Bell finalizó 12º y Allgaier 13º, obligándose ambos a remontar con ruedas nuevas y lográndolo el de Toyota frente a un dúo de Custer y Reddick que caía en picado. Custer perdió aún más al parar bajo bandera verde con una rueda suelta, perdiendo una vuelta por el camino; Jeb Burton evitó la caution al derrapar con un neumático pinchado. Bell y Allgaier ascendieron con fuerza pero no pudieron tomar el liderato por el mayor ritmo de Austin Cindric. Justin Haley y Harrison Burton chocaron al final del segundo segmento en una bandera amarilla rápida.
Cindric se impuso a Bell, Allgaier, Reddick y Briscoe en la segunda parte y un mal apaño de los mecánicos de Haley dejó la parte trasera de su Chevrolet en medio de la curva 4 que atropelló Joey Gase de camino a otra caution. Reddick superó a Cindric y a Bell poco después de la resalida y tomó un hueco de dos segundos sobre Bell y Custer, el más ascendente de todo el pelotón. Allgaier iba encallado en la sexta posición y se fue descolgando. Briscoe rozó el muro de la curva 4 en otra bandera amarilla fugaz que dejó a Bell de nuevo primero, acosado por Reddick en un ataque por varias líneas que no fructiferó.
Bell perdió el tiempo justo con el paso de las vueltas para que le alcanzasen Reddick y Custer, formando el trío habitual de pilotos en cabeza. Reddick atacó con éxito por el exterior y relegó a Bell al lento interior, dónde también le superó Custer. Bell se lió y se pasó de frenada en la entrada a boxes en su parada decisiva pero salió por delante de su tres rivales. Reddick y Custer pararon al mismo tiempo y salieron justo por delante de un Allgaier que intentó el milagro, rebasando el de Ford y el de Chevrolet al de Toyota poco después. Custer y Reddick dirimieron el duelo definitivo en las últimas 30 vueltas.
Reddick adelantó a Custer en un lanzamiento por el interior a falta de 19 giros y Custer le siguió ligeramente, recortando un breve tiempo entre doblados hasta que tocó el muro en la parte final y le dio toda la ventaja a Reddick para ser el primer bicampeón de la Xfinity Series desde Ricky Stenhouse Jr. en 2011 y 2012. Custer acabó segundo, Bell quinto y Allgaier 14º al pinchar en los últimos giros. El ascenso de Reddick a la Monster Energy Cup Series queda definido de la mejor manera posible, con un campeonato doble que le da moral de cara a una temporada de debut difícil en las filas de un siempre extraño equipo Childress.