Obviamente y varios peldaños por encima, el protagonismo del mundo del motor el pasado domingo fue para el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis. Pero tal fecha en el calendario siempre tiene una guinda para el pastel de cualquier aficionado a las carreras. La NASCAR organiza su cita más larga de la temporada, la Coca Cola 600, en un óvalo bien cerca de su casa espiritual, Charlotte. La crónica la encontrarás en este enlace, pues aquí lo que venimos a comentar es un suceso totalmente extraño.
Al igual que se decidió que ocurriera en Fórmula 1, en NASCAR las comunicaciones de radio son abiertas. Pero en Estados Unidos se hace de forma aún más radical. Cualquier radioaficionado puede sintonizar la frecuencia del piloto que quiera e incluso la organización las divulga en sus ‘spotter guides’ (ocurre en IndyCar). Lo que es más extraño es que un aficionado llegue a interactuar en carrera con el piloto y es lo que ocurrió durante la Coca Cola 600.
En un montaje de conversaciones de radio divulgado por Fox Sports se destapa cómo un desconocido pregunta a Kyle Busch cómo están sus neumáticos y posteriormente Alex Bowman se queja a su equipo de interferencias y éste le manda callar. No deja de ser una mera curiosidad, pues en el vídeo se muestra cómo los pilotos pueden cambiar de canal de audio en plena carrera, pero aún así choca que ocurra algo así en una de las categorías más profesionales del mundo del motor.
Foto | NASCAR Media