Romain era consciente durante las dos primeras semanas de test que de los resultados obtenidos en el circuito de Alés iba a poder extraer una primera idea de en qué punto podía estar el Volkswagen I.D. R Pikes Peak en la subida de este año. Lo que salió de allí fue una primera impresión muy favorable, más allá de que había que pulir ciertos aspectos en cuanto a la ergonomía del puesto de pilotaje y que finalmente no se pudieron llevar a cabo los test que estaban en un principio programados en el Col Saint Pierre ya que el equipo prefirió regresar a Hannover para rectificar ciertos elementos técnicos que no habían dado el rendimiento esperado.
Las preguntas siempre fueron dirigidas a las pretensiones de Volkswagen Motorsport. Las versiones oficiales eran conservadoras. El récord entre los eléctricos parecía un premio pequeño para un esfuerzo de estas características, tanto técnico, como económico y promocional. Tal y como explicábamos sólo unas horas después de la premiere mundial, el equipo alemán inevitablemente tenía que ir a por el registro de Sébastien Loeb y Peugeot Sport.
El tiempo en los dos primeros sectores durante la sesión de clasificación del miércoles era toda una declaración de intenciones. No sólo estaban en disposición de superar la marca del nueve veces Campeón del Mundo de Rallyes, sino que con la ventaja técnica en la parte superior del recorrido todo parecía apuntar a que la diferencia iba a ser contundente, tal y como se demostró el domingo. 7 minutos y 57,148 segundos, un tiempo que puede parecer que se perpetuará durante muchos años, sin embargo, la evolución tecnológica, el interés de los fabricantes por los vehículos eléctricos o hibridados y la cercanía de la 100ª edición de la Subida a Pikes Peak nos hace presagiar que tal vez dicha marca no dure ni tan siquiera lo que aguantó la de Loeb en lo más alto de la tabla. Tal y como decíamos ayer, la veda ha quedado oficialmente abierta.
Desde Volkswagen incluso han confirmado que el tiempo podría haber sido incluso mejor. Si bien el propio director técnico, François-Xavier Demaison, apuntaba a Autosport que las simulaciones hablaban de un tiempo ideal del prototipo eléctrico de Volkswagen de 7:55, era el propio Romain Dumas el que daba una cifra incluso más optimista, apuntando a que en condiciones perfectas podría haber bajado en 10 segundos su tiempo final.
La densa niebla que se vio a través de las cámaras finalmente sí perjudicó ligeramente al francés, tres veces ganador de las 24 Horas de Le Mans (dos de forma absoluta) y cuatro de la Subida a Pikes Peak, algo que le hizo renunciar a algunos segundos claves que se sumaron a unas décimas pérdidas en el segundo sector respecto al tiempo realizado en clasificación. Sólo unos minutos después, la nieve hizo acto de aparición cubriendo la cumbre de un pequeño manto blanco
Sabía que el tiempo era bueno. No tuve ningún tiempo en el sector, sino como piloto, ya lo sabes. El primer sector fue bueno, en el segundo estuvo húmedo y tuve un poco de niebla. No tomé ningún riesgo allí. Perdí cuatro o cinco segundos. No miramos en detalle, pero el asfalto estaba frío debido a la niebla y el agarre no era tan bueno. Mínimo podía haber mejorado 10 segundos, pero necesitas el día perfecto. Pude ver la cara de Demaison y su estrés. Estaba pensando, ‘Ooh, mira la nube, esto será complicado’. Cuando salí del segundo sector, la niebla se fue y el agarre volvió en la parte superior. Sabía que era bueno, frené pronto para no correr riesgos en la horquilla final.
Vía | Autosport.com