En el mundo de la automoción y el automovilismo los circuitos de velocidad desempeñan un papel fundamental. Si bien las grandes instalaciones suelen presentar eventos de competición u otras necesidades parecidas a como llevar un coche al límite, las marcas también son partidarias de presentar modelos o filosofías bajo el manto de un fin de semana de carreras. Diariomotor estuvo presente en el Circuit de Barcelona-Catalunya para un día distinto de la mano de Maserati y Boosters.
Bajo el marco incomparable de la GT World Challenge europea, el día amaneció nublado y con un ambiente chispeante, tanto en cuanto a la lluvia como sobre el asfalto. Maserati permitió un test drive de su gama ubicando sus vehículos en el frontal de la nueva sala de prensa del Circuit, con especial atención a sus prestaciones eléctricas. Primero cayó el Grecale y después el GranTurismo, ambos enchufables de sonido característico modificado por los ingenieros de la marca y llenos de bondades.
Entre ambas pruebas llegó el plato fuerte del día: la presentación del GT2 Stradale. El nuevo bicho grande de la marca de Modena fue desvelado en el stand de la propia marca en el paddock de Montmeló, lugar incomparable dónde se llegó a arrancar para deleite de los allí presentes. Su agresiva y atractiva línea lo hacen un coche vistoso y lleno de belleza como buen deportivo italiano, si bien su precio y deportividad por los poros espantarán a más de uno.
Tras probar la gama del tridente llegó una breve comida durante la cual se disputó el plato fuerte en el circuito, la carrera de GT World Challenge. Desgraciadamente un fuerte accidente en la salida combinado con la limpieza del aceite de un coche casi quemado en medio de una copiosa lluvia dejó un Safety Car de 3/4 de hora, reanudándose el evento a falta de poco más de diez minutos. El grupo de Maserati vio ese final de camino a la parrilla de salida y con ciertos charcos.
Dicha peregrinación hacia el pit lane tuvo lugar para pasear por la parrilla de salida de la telonera principal, la GT2 Europea, dónde Maserati y KTM peleaban por los títulos. La incursión fue veloz porque el programa se acortó, aunque dio tiempo a ver a Phillippe Prette luchar por el cetro de la categoría Am desde la primera fila. Con aún una hora disponible antes de las últimas actividades, el Maserati MC20 fue un fiel y fugaz compañero con los cielos menos tapados.
La parte final incluyó dos lugares esenciales y a la vez contrastadas para la disputa de un fin de semana de competición: el box y el TV compound. Entrar en un box post-carrera es una actividad apretada pero divertida para comprobar como los mecánicos e ingenieros ejecutan sus labores. Y el camión con la realización entera da una muestra del trabajo bajo las sombras que realizan unos pocos afortunados y trabajadores empleados que siguieron su tarea mientras el grupo se fue de regreso, algunos al aeropuerto y otros a casa.