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Un triunfo tan emocionante como emotivo. Crónica del GP de Bélgica 2019

En un fin de semana donde las ganas de carreras se vinieron abajo por la terrible noticia del fallecimiento de Anthoine Hubert el sábado por la tarde al menos la Fórmula 1 fue capaz de mantener la línea de las carreras previas al parón veraniego. No fue una prueba de altos y bajos, con incidentes y remontadas espectaculares. Es posible que incluso no estuviéramos preparados para digerir algo así. Pero al menos la lucha por el triunfo se mantuvo hasta la última vuelta, aguantando Charles Leclerc para estrenar su palmarés.

Con un ritmo espectacular en libres, una pole autoritaria y el doblete en parrilla todo estaba dispuesto para que Ferrari conquistara al fin la primera victoria del año. Y Charles Leclerc no falló en la arrancada, donde si bien Sebastian Vettel perdió posición con Lewis Hamilton quedó patente que en la velocidad punta la Scuderia tenía una fortaleza casi imbatible: el alemán recuperó con facilidad el segundo puesto en Kemmel.

La situación parecía ya estable cuando el coche de seguridad debió aparecer en pista. Max Verstappen acabó contra las protecciones en Eau Rouge al romperse la dirección de su Red Bull como consecuencia directa del toque entre él y Kimi Räikkönen en La Source. No faltó quien achacó eso a la excesiva agresividad del neerlandés, cuando todos pensábamos que había madurado en el último año. Pero no deja de ser un lance dentro de lo que puede ocurrir en una salida y en una curva tan estrecha. La pésima salida del de Red Bull le dejó encerrado, con Pérez y Räikkönen a su izquierda. No bloqueó, no iba pasado de frenada, simplemente no tenía ya donde meterse. Culpable, quizá. Temerario, no lo creo.

Cuando se retomó la carrera los puestos de cabeza parecieron bastante estables, sin que se produjeran cambios de posición pese a que se intuían los efectos de la degradación en Ferrari. Y el primero en parar fue Sebastian Vettel, lo cual le dejaba en principio en una posición vulnerable. Mas Mercedes optó por hacer su carrera y no obsesionarse con ganar esa posición al momento, lo cual hubiera sido posible.

Muchos interpretaron que ello dejaba vendido a Charles Leclerc, que se reincorporó tras Vettel al retrasar su parada. Pero el alemán no opuso resistencia y además sirvió de tapón frente a Mercedes, realizando una segunda parada y anotándose la vuelta rápida cuando cumplió con su labor de equipo. La estrategia resultó y con ello Ferrari evitó que el desenlace se asemejara al GP de Austria: aunque Lewis Hamilton recortó con goma más nueva en los compases finales y entre el tráfico, jamás estuvo en disposición de evitar el especial triunfo de Charles Leclerc, tanto por conseguirlo al fin tras los sinsabores de Bahréin y Austria, como por lograrlo en el fin de semana del fallecimiento en pista de un amigo.

El GP de Bélgica fue mucho más movido por detrás. McLaren, que durante el fin de semana no había parecido particularmente en forma y perdió a Carlos Sainz nada más empezar, se encontró con una oportunidad de oro al aprovechar Lando Norris el barullo inicial para situarse quinto. Y el británico respondió con un ritmo brillante, rodando quinto durante buena parte de la prueba… hasta que el motor Renault dijo basta en la última vuelta. Injusto resultado para una actuación que fue reconocida por los aficionados, siendo nombrado Piloto del Día. Y de nuevo McLaren con motivos para el enfado con Renault, salvo porque no tienen dónde ir ya.

De este modo pudo acceder a su puesto ‘natural’ el Red Bull de Alexander Albon, quien se tomó con calma su debut, lejos en parrilla, y aunque no destacó durante la primera mitad de la carrera remontó de forma espectacular en la segunda, siendo la guinda del pastel un adelantamiento con dos ruedas por la hierba a Sergio Pérez, quien sobrepasó los límites en su defensa… En todo caso el mexicano conservó el sexto puesto al evitar cualquier tipo de sanción, por delante de Daniil Kvyat, Nico Hülkenberg y Pierre Gasly, que tuvo una carrera espejo en comparación a la de su sustituto: fue de más a menos en Toro Rosso. Tan precipitado era destacar cómo durante los primeros compases en Spa Gasly fue «el mejor piloto de Red Bull» como juzgar la labor de Albon porque en un golpe de suerte hoy acabó donde tenía que acabar. Lo único claro es que de momento la decisión no ha sido un fracaso estrepitoso, pero aún queda mucha temporada por delante.

Entre los grandes derrotados hay que mencionar por enésima vez a los Haas. El lío inicial les permitió situarse tras la estela de Lando Norris, pero muy pronto se reprodujeron sus problemas crónicos de neumáticos, siendo primero Kevin Magnussen engullido por el pelotón y poco más tarde cayendo presa de sus rivales Romain Grosjean, que dejó clara su frustración por radio. En conscuencia acabaron 12º y 13º, sin superar ni tan siquiera a Lando Norris al ser doblados. ¿Por detrás? Los maltrechos coches de Ricciardo y Räikkönen por el accidente en La Source, el accidentado Giovinazzi y los Williams de Russell y Kubica, siendo el británico de nuevo muy superior a su compañero.

Foto | Scuderia Ferrari

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Eloy Entrambasaguas

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