No estamos ante un año cualquiera para KAMAZ Master. El fabricante ruso ha luchado y trabajado para sobrevivir en un mundo en el que todo se ha vuelto muy tecnológico y en el que ellos siguen apostando por otra forma de trabajar muy ligada al ADN de su país. La Blue Armada cumple este 2018 su 30º aniversario como equipo y es por ello que las celebraciones se están sucediendo, en muchas de ellas aprovechando además para mostrar todo lo que han realizado durante estas tres décadas que han transcurrido desde que un día decidieran competir para mostrar al mundo las capacidades off-road de sus camiones.
Obviamente no se puede decir que les haya ido nada mal si tenemos en cuenta que en 27 participaciones en el Rally Dakar ya suman 15 victorias después de la cosechada en esta última edición tras el espectacular mano a mano con Federico Villagra y su IVECO que tuvo un deslucido final. Todo ello lo logra además con un equipo muy reducido en el que los propios pilotos, copilotos e incluso el jefe de equipo, el mítico Vladimir Chagin, participan, en el diseño, desarrollo y montaje de los propios camiones, e incluso, algunos como Ayrat Mardeev, ganador del Dakar en 2015, pasaron de ser mecánicos a piloto titular, dedicándole ese triunfo a su padre, Ilgizar, también miembro del equipo y que falleció en 2014.
En una de las ultimas celebraciones por este treinta aniversario, KAMAZ decidió juntar en su campo de pruebas del PJSC a todos los camiones con los que ha participado en el Dakar desde 1996 con dos grandes invitados a la exhibición. El primero de ellos era el modelo C4310 de 1988, el primer camión de competición construido por los rusos y que tuvo que ser restaurado para la ocasión por el Grupo Empresarial Korib prácticamente desde cero, con la única referencia de unas pocas fotografías y planos que habían sobrevivido al paso del tiempo.
La otra sorpresa venía de la mano del que será el nuevo camión de KAMAZ para la temporada 2019. Denominado con el código 43509, el nuevo T1 4×4 de la Armada Azul cumple con las nuevas reglas técnicas del Dakar, equipando un motor de seis cilindros en línea y 13 litros de cubicaje que obviamente supondrá una limitación en términos de potencia respecto a su predecesor. En cuanto a la imagen exterior, sí ha habido numerosos cambios tal y como prometía el equipo hace unos meses. La cabina se mantiene con el mismo formato de cabina vertical o CabOver que utilizaba el 4326-VK, incluso el ángulo del frontal, pero en este caso se ha modificado la admisión de las tomas de aire laterales para situarlas ahora en el techo. Lejos queda ya la posibilidad de utilizar la cabina ‘deportiva’ del Mercedes Zetros que tanto han probado durante los últimos años y que finalmente no llegó a competir en el Dakar por desacuerdos con Daimler.
Donde sí ha habido un cambio espectacular ha sido en la caja posterior. Además de un voladizo de nuevo cuño que pretende dar más estabilidad y aportar carga aerodinámica al tren trasero, podemos apreciar cambios en el diseño de la caja, dejando atrás las formas rectangulares para adoptar ahora una silueta de punta de flecha roma. En cuanto a los colores, el estudio de diseño moscovita, SHANDESIGN ha sido el encargado de crear un patrón cromático modernizado, todo ello sin renunciar al color azul que ha acompañado a la marca durante casi treinta años. ¿El debut? Será en sólo unos días, aprovechando la disputa del Silk Way Rally íntegramente sobre suelo ruso. Andrei Karginov tendrá el honor de competir por primera vez con él y de defender el orgullo ruso.