Ferrari no está tan bien como al inicio de la temporada. Pero Sebastian Vettel sigue ampliando su ventaja al frente del Mundial de Pilotos. Y encima ve cómo la propia fortaleza de Mercedes puede convertirse en su debilidad. Cuando todos esperábamos una temporada con un número uno claramente definido entre los vigentes campeones del mundo Valtteri Bottas bordó el Gran Premio de Austria, polémica arrancada sin sanción incluida, y puede considerarse un aspirante legítimo al título.
Un par de milésimas marcaron la diferencia entre que el sensor considerara que Valtteri Bottas se saltó la salida y que el finlandés se escapase libre de penalización camino del segundo triunfo de su carrera deportiva en Fórmula 1. Y es que aunque Sebastian Vettel apretó en los compases finales la victoria del finlandés jamás pareció en peligro, tratándose el Gran Premio de Austria de una de las carreras más tranquilas de la temporada.
Sin embargo la victoria dificilmente puede dejar satisfecha a Mercedes. Desde hace ya varios Grandes Premios el W07 parece un paso por delante del SF70-H. Sin embargo a los alemanes les está costando convertir esa superioridad en puntos y así es como estamos viendo la ventaja de Sebastian Vettel al frente del Mundial de Pilotos subir poco a poco. La fiabilidad, que a priori podía ser el talón de Aquiles de Ferrari, es lo que ha obligado a Lewis Hamilton a remontar en Austria y la responsable del único borrón de Valtteri Bottas en lo que llevamos de temporada (España). Y si Bottas se sigue creciendo una lucha entre pilotos de Mercedes sólo beneficiará a Vettel, pues Räikkönen, quinto en Austria y que no pasó de incordiar un poco a Bottas con neumático viejo, no cuenta para el título.
Además el castigo por falta de fiabilidad será aún mayor de aquí en adelante si Red Bull se muestra tan competitiva como está demostrando Daniel Ricciardo. El australiano sumó en Spielberg su quinto podio consecutivo y aunque el RB13 no está a la altura de los dos coches de cabeza su mejoría con respecto al inicio de la campaña es clara. Otra historia es que Red Bull lo aproveche al máximo, y eso pasa también por Max Verstappen. Que el neerlandés abandonara en Austria no es su culpa. Que hiciera una mala salida sí. Que su sesión de clasificación fuera mala, trompo y excursión incluidos, también.
Cuando lo lógico era pensar que en un trazado como el del Red Bull Ring los clientes de Mercedes podían estar arriba fue Romain Grosjean quien se impuso en la lucha por ser el mejor de entre los mortales. El francés realizó una prestación muy sólida al volante de su Haas, llegando a rodar en puestos de cabeza durante las primeras vueltas, y no se vio inquietado en momento alguno por los Force India y Williams, víctimas estos últimos de su horroroso sábado. Por otra parte en Force India agradecerán una carrera anodina tras sus episodios telenovelescos de Canadá y Azerbaiyán, siendo el único momento llamativo aquel en el que Sergio Pérez molestó de más a Lewis Hamilton al ser doblado.
Quien no se libró de la sanción por hechos similares fue Stoffel Vandoorne, una guinda al pastel cocinado una vez más por McLaren y Honda. La fiabilidad les respetó en carrera (que no durante el fin de semana, pues Fernando Alonso tuvo que dar marcha atrás con la tercera evolución del propulsor japonés), pero todo lo demás salió del revés, empezando por el accidente inicial en el que Daniil Kvyat se cargó de un plumazo a Alonso y Verstappen. Y un saludo a los comisarios que decidieron que merecían idéntica sanción Vandoorne por molestar al ser doblado y Kvyat por dejar dos coches fuera de carrera (drive through y dos puntos en su Superlicencia). Sólo se justifica por el hecho de que el ruso continuó en carrera, aunque fuera acabando a tres vueltas, siendo el único Toro Rosso en meta tras el abandono de Carlos Sainz Jr.
Por último, señalar que Jolyon Palmer logró acabar por primera vez por delante de su compañero Nico Hülkenberg (11º frente a 13º; en Mónaco el alemán no terminó), si bien al no ser capaz el británico de adelantar a Lance Stroll sigue con cero puntos en su casillero, empatado con Marcus Ericsson y Stoffel Vandoorne en ese dudoso honor.
Foto | Mercedes AMG F1
