En una de las grandes novedades de su calendario 2022-23, la Fórmula E visitaba este fin de semana la India con motivo de la primera edición del ePrix de Hyderabad. Y desde luego sirvió para romper la tónica habitual, tanto por el desarrollo del fin de semana como por presenciar el primer triunfo de un piloto no motorizado por Porsche: Jean-Éric Vergne conquistó in extremis la victoria para DS Penske, que comienza a asomar la cabeza.
Decíamos que no fue un desarrollo habitual porque en la jornada del viernes hubo movimiento tanto deportivo como extradeportivo: el circuito se acabó en el último momento, la pista estaba sucísima, los libres debieron retrasarse porque el tráfico no estaba debidamente cortado y una vez pudieron salir a pista los monoplazas el líder del campeonato Pascal Wehrlein se llevó un susto monumental. Un problema de software le mandó contra las barreras y por precaución Porsche no volvió a dejar rodar a sus monoplazas hasta investigar lo sucedido, algo que quizá explique una menor forma en Hyderabad tras arrasar en las tres primeras carreras del año.
A ello se añadió la inclusión en el último momento de una chicane que casi todos los pilotos optaron por prácticamente ignorar, lo cual provocó numerosas investigaciones por no respetar los límites de la pista en clasificación. En esas peculiares circunstancias brilló Mitch Evans, dando una pole en casa a Jaguar (recordemos, propiedad de Tata) por delante de Jean-Éric Vergne, Sébastien Buemi y Sacha Fenestraz. Al primer Porsche hubo que buscarlo en novena posición, el ya repuesto Wehrlein.
Evans se lanzó a defender la primera posición nada más apagarse el semáforo, produciéndose pocos cambios en cabeza mientras atrás se multiplicaban los toques. Una de las primeras víctimas sería Edoardo Mortara al fallar en una frenada. La carrera se animó al precipitarse Evans a la hora de activar el Attack Mode. Perdió tres posiciones en pista y ello permitió que Buemi y Vergne cogieran aire mientras le retenía Fenestraz. Aunque por radio le pedían a Evans que mantuviera la calma y esperara su momento, éste jamás llegó.
Un monumental error de cálculo al adelantar a Sacha Fenestraz hizo que Sam Bird impactara con Evans, dejando sin opciones a los dos Jaguar, Fenestraz y Maximilian Günther, que pasaba por allí. Aprovechando el lío, Buemi y Vergne activaron por segunda vez el Attack Mode, pasan do al frente el de DS Penske y empezando a erigirse como su principal rival el otro Envision, en manos de Nick Cassidy. Pero cuando mejor estaba el neozelandés debió aparecer el Safety Car por un raro accidente de Jake Hughes: un retrovisor roto bloqueó la dirección de su McLaren.
Cassidy disponía de mucha más energía que Vergne, pero el galo ofreció un recital de pilotaje defensivo y gestión del consumo, aguantando hasta la línea de meta bajo mínimos en un gran triunfo para él y DS Penske. Al tercer escalón del podio se subió Sébastien Buemi, seguido de los Porsche de António Felix da Costa y Pascal Wehrlein, Sette Camara, Rowland (que aguantó con un alerón dañado), Vandoorne (sancionado por límites de pista), Günther y Fenestraz, que remontó hasta puntuar. De este grupo se cayó Jake Dennis al recibir un fuerte impacto de René Rast.
Ello permite a Pascal Wehrlein escaparse al frente del campeonato: 80 puntos frente a los 62 de Dennis. Su perseguidor pasa a ser Vergne, pero muy lejos (31) y empatado con Sébastien Buemi. La próxima cita será otra debutante en el calendario, Ciudad del Cabo, dentro de dos semanas.
Foto | DS Penske
