El reloj comenzaba a acercarse a las siete de la tarde en la isla de Cerdeña cuando una comunicación de los comisarios informaba que los competidores habían recibido el visto bueno para abandonar el parque cerrado, salvo en los casos de los coches 6, 7, 8 y 11. Saltaban las alarmas en el parque de asistencia del Mundial de Rallyes, ya que precisamente el primero de estos coches hacía referencia al Hyundai i20 Coupé WRC del ganador de la edición de este año de la prueba italiana, el de Dani Sordo y Carlos del Barrio, y junto a él también se encontraban en una situación similar las unidades que habían pilotado durante el fin de semana, Pierre-Louis Loubet, Ott Tänak y Thierry Neuville.
Todos los coches salvo el de la pareja cántabra esperaban delante de la mastodóntica asistencia del equipo con sede en Alzenau, mientras que el coche del vencedor estaba pasando el escrutinio de alguna de sus piezas. Sería un par de horas más tarde cuando se conocería el motivo y la resolución adoptada por los comisarios deportivos de la prueba, los cuales decidían castigar a Hyundai con una multa de 30.000 euros, 20.000 de ellos quedan en suspenso (a la espera de si el equipo comete una infracción similar en los próximos 12 meses), después de haber encontrado que una pieza del coche de Sordo se encontraba por debajo del peso mínimo.
Concretamente se hacía referencia a la subestructura o subchasis trasero, que no es otra cosa que esa estructura tubular donde van alojados algunos elementos como los palieres, el diferencial y a los que se suele fijar también los elementos de protección inferiores. En el caso del i20 WRC de Sordo, se había comprobado que dicha pieza estaba en 9.112 gramos, lo que significaba 24,5 gramos menos que el peso mínimo que marca la tolerancia (9.136,5 gramos) respecto al peso de la pieza homologada, el cual es de 9.323 gramos.
A la reunión acudieron Andrea Adamo y Alain Penasse para dar la versión del equipo de lo ocurrido, confirmando que la pieza que estaba montada en el coche de Sordo estaba acorde con la homologación y que incluso había sido verificada y pesada antes y durante el rally, tratándose por tanto de un fallo en el control de calidad (puede ser del operario o de calibración del elemento empleado por Hyundai), no buscando obtener en ningún caso una ventaja competitiva con su utilización. Hay que puntualizar que se trata de una pieza que en teoría no afecta con dicha variación al rendimiento del coche y que el peso mínimo del conjunto estaba conforme al reglamento.
De esta forma no ha habido modificaciones en cuanto a lo deportivo, y no se ha anunciado que haya ningún tipo de elemento disconforme en el resto de World Rally Cars o en los otros tres Hyundai i20 R5 que al principio de la tarde tampoco habían recibido el visto bueno para salir del régimen de Parc Fermé.
Otros ejemplos de exclusiones y sanciones en el WRC:
No es la primera vez que Hyundai Motorsport pasa un mal trago en Cerdeña. Thierry Neuville también corrió el riesgo de exclusión en 2016, después de haber vencido la cita italiana después de comprobar el delegado técnico que su coche equipaba unas ventanillas traseras que no correspondían a las de la ficha homologación por problemas en este caso a la hora de hacer el proceso de ensamblado del coche que únicamente se empleó ese año, algo que resultó en una multa de 50.000 euros para el equipo.
En la historia del Mundial hay otros ejemplos en los que los pilotos salieron peor parados. Tal y como recordaba Scott Martin, copiloto de Elfyn Evans, en una queja velada en redes sociales (hay lugar para que los rivales puedan presentar una reclamación ante la decisión de los comisarios) a Richard Burns lo excluyeron en 2002 del Rally de Argentina porque el volante de inercia de su Peugeot 206 WRC se encontraba por debajo del peso mínimo en 20 gramos, heredando su primer puesto Carlos Sainz y Luis Moya.
En 2007, los Ford Focus RS WRC fueron también excluidos en Portugal por unas ventanillas laterales que eran medio milímetro más delgadas que las homologadas, mientras que, en ese mismo rally, en 2012, Mikko Hirvonen también perdería la victoria porque el embrague que empleaba su Citroën DS3 WRC no era el homologado, lo que permitía a Mads Ostberg conseguir su primer y único triunfo hasta el momento en la categoría absoluta.