En una entrevista concedida al medio italiano AutoSprint, Sven Smeets habla sobre los proyectos más inmediatos de Volkswagen Motorsport, y resuelve algunas dudas surgidas en torno al futuro del equipo con sede en Hannover, especialmente en lo que respecta a los rallyes. Tal y como se confirmaba ayer, el Volkswagen Polo R5 comenzará con las pruebas este mismo año, previsiblemente a finales de agosto, principios de septiembre.
El próximo coche de rallyes de la formación germana empezará con los test sobre asfalto, con su piloto de pruebas habitual, Dieter Depping, para pasar posteriormente, antes de que termine 2017 a manos de Marcus Grönholm, el cual se encargará de afinarlo para la tierra. La duda era saber qué ocurrirá con Andreas Mikkelsen, el cual se incorporaba en Monte-Carlo al equipo Skoda Motorsport y que según Smeets, no tiene un contrato con Volkswagen en relación con el Polo R5.
Y es que el desarrollo de un R5 no entra en los planes inmediatos para el piloto nórdico, el cual ha empezado a preparar el camino para estar de nuevo sentado en un World Rally Car oficial la próxima temporada, algo que actualmente Volkswagen Motorsport no puede ofrecerle, especialmente después de confirmarse que la FIA no le daría al Polo R WRC 2017 la homologación excepcional después de que el resto de fabricantes no estuviera dispuesto a ello.
Mientras que el Citroën C3 R5 promete estar homologado el próximo enero de 2018 con el objetivo de estar en la salida del Rallye de Monte-Carlo, Volkswagen planea estar listo para su aprobación el 1 de julio. A tiempo para estar disponibles de cara al Rallye de Alemania, e incluso, si se mantienen las fechas, para el de Finlandia.
Eso sí, por el momento queda completamente descartado que vaya a haber un programa oficial, únicamente se está proyectando la posibilidad de disputar algunas carreras para acelerar su desarrollo y medir su rendimiento frente a otros R5. Por lo tanto, hablamos de un programa carreras-cliente 100% con el apoyo de Skoda, del que la marca checa también obtendrá beneficio ya que contará con las nuevas evoluciones de motor. A pesar de que parezca descabellado tener dos marcas bajo el paraguas del Grupo VAG orientadas al mismo objetivo, no es una novedad. El Grupo PSA ya lo ha hecho con Citroën y Peugeot y sus respectivos R5, mientras que los alemanes también lo imitan en la actualidad en el TCR, donde Audi, Volkswagen y SEAT están representadas.
En lo que respecta a los World Rally Cars, el equipo está en negociaciones con equipos privados para alquilar los Polo R WRC 2016, mientras que las dos unidades del coche de 2017 que estaba preparadas para competir en el pasado Monte-Carlo parece que están destinadas al museo de la marca (hay piezas suficientes para construir otras dos). En cuanto al Polo GTI Supercar construido para el World RX, no se descarta que en el futuro se puedan construir más unidades para otros equipos que no sea el PSRX, algo que además les permitiría reciclar las unidades 2014-2015 del World Rally Car, base sobre la que se ha montado el motor 2.0 turbo que ya utiliza el Beetle para el Global RallyCross Championship.