La edición 101 de las 500 Millas de Indianápolis puede presumir de tener siete vencedores de la carrera en parrilla (Dixon, Rossi, Kanaan, Hunter-Reay, Montoya, Castroneves y Lazier) más otros dos pilotos que saben lo que es alzarse con el título de IndyCar Series (Power y Pagenaud). Sin embargo en este artículo no vamos a hablar de ellos, sino de aquellos que vuelven a Indianápolis tras haber rozado con la yema de los dedos el trofeo Borg-Warner.
Marco Andretti perdió un duelo directo con Sam Hornish Jr. en 2006, año de su debut, y ha acabado tercero en otras tres ocasiones (2008, 2010 y 2014). J.R. Hildebrand se estampó contra el muro en la última curva de 2011 al tratar de doblar a Charlie Kimball y debió ver cómo Dan Wheldon superaba a su maltrecho coche en recta de meta. Takuma Sato se lo jugó todo frente a Dario Franchitti en la última vuelta de 2012 y salió perdiendo. Y Carlos Muñoz siempre ha ido bien en Indianápolis (segundo en 2013 y 2016) pero el año pasado fue el primer perjudicado por la alucinante estrategia de Alexander Rossi y Bryan Herta.
El colombiano prefiere centrarse en lo bien que se le da el Brickyard, donde ya en el año de su debut se colocó segundo en parrilla, si bien reconoce que “siempre tenía un gran coche detrás de mí (…). Si no tienes un buen coche es complicado como todo, hemos visto años con ganadores en problemas, Ryan (Hunter-Reay) un año ganó y al siguiente tenía problemas con su auto y estaba atrás”. La edición 2017 tiene pinta de ser una de esas para Muñoz, que pasó de Andretti a A.J. Foyt este invierno, pero mira el futuro con optimismo: “Por algo me trajeron. Traje muy buenas ideas de Andretti pero el programa empezó bastante tarde. Tienen dinero. Es cuestión de tener a la gente adecuada alrededor”. Habrá que ver por tanto qué progresos son capaces de hacer en 2018 con la introducción de los nuevos aerokits.
Otro enamorado de Indianápolis es Takuma Sato, como habréis podido comprobar en la entrevista que transcribió y publicó mi compañero Àlex García: “Es un lugar especial y creo que todo el mundo tiene una oportunidad de ganar la carrera. Nadie pudo haber predicho lo que iba a ocurrir entonces, como tampoco este año”. Compartirá equipo una vez más con el actual ‘pupas’ de Indianápolis, Marco Andretti, heredero de una saga familiar tan exitosa en el mundo del automovilismo como desafortunada en las 500 Millas.
Aunque si de una derrota se acuerda la gente hoy día, es de la de J.R. Hildebrand en 2011. Durante el Media Day se mostró bastante correcto y dijo que estaba acostumbrado a que cada periodista le preguntara por ello, asegurando que lo tenía más que superado. Pero a la revista norteamericana RACER le soltó una frase gloriosa: “Hay tanta gente que me ha dicho que Indianápolis me debe algo que he terminado por darme cuenta de que en realidad no me debe una m*****”.
Eso sí, que Hildebrand no quisiera hablar mucho con la prensa de 2011 no signfica que no dijera cosas interesantes. Permaneced atentos a una gloriosa entrevista sobre su visión del automovilismo y la falta de vínculo con la industria del automóvil y el I+D.
Via | RACER