El permiso de jardinería concedido a Jonathan Wheatley por parte de Red Bull Racing culminará a finales de este mes, así que a partir del 1 de abril podrá asumir formalmente la jefatura de la escudería Sauber, lo que se significa que su debut estará previsto entonces para el venidero Gran Premio de Japón. Wheatley, al igual que Adrian Newey y Will Courtenay, fue parte del personal de alto nivel que salió de Red Bull, allí se desempeñó como jefe de mecánicos y luego como director deportivo, por lo tanto debió permanecer inactivo durante varios meses y si bien el lapso era hasta julio, desde Milton Keynes accedieron a una liberación anticipada.
Wheatley llegará a Hinwil para reemplaza a Alessandro Alunni Bravi, que no era un jefe de escudería como tal sino un representante de Sauber en este proceso de transición que finaliza este año para dar paso al programa Audi F1. Se espera que tanto Wheatley como Mattia Binotto puedan coordinar el proceso que significa transformar Sauber Motorsport AG en Audi F1, así que ambos están obligados a entenderse porque si bien ambos son jefes dentro de a estructura, tienen tareas y responsabilidades muy distintas, además por encima está supervisando las acciones Gernot Döllner, el presidente del consejo de administración de la escudería.
Como sucede en estos casos, se espera que Wheatley replique en Sauber, y en Audi F1, los éxitos junto a Red Bull, donde permaneció nueve años y disfrutó de seis títulos de constructores y siete de pilotos. Ahora se encargará de dirigir a un equipo que transitará por su último año como cliente de Ferrari y cerrará otro ciclo en su historial. Ciertamente no se espera mucho de Sauber esta temporada, todas las esperanzas y expectativas están depositadas en el proyecto de 2026, donde se espera que de igual manera Nico Hülkenberg y Gabriel Bortoleto defiendan los intereses de Audi F1, escudería de bandera alemana con sede en Suiza, lo que en cierto modo lleva a recordar al fallido proyecto BMW Sauber.