Tenemos que reconocer que en esta ocasión, las escuderías han sabido guardar el secreto prácticamente has el último momento para finalmente dar la sorpresa a todos los seguidores del Mundial de Fórmula 1. Si la entrada de Ford había permanecido prácticamente un rumor hasta apenas 24 horas antes de la confirmación oficial, se ha repetido un caso muy similar con la decoración de Williams, equipo que ha conseguido prácticamente alargar la espera hasta el momento en el que se iba a desvelar los colores para este año, unos con un patrocinador muy especial.
Concretamente era la empresa de lubricantes Gulf Oil, la cual ha estado asociada hasta el año pasado con McLaren (se anunció en el mes de noviembre que no renovaría su patrocinio) y que finalmente han tomado el camino desde Woking hasta Grove para teñir los monoplazas de la estructura propiedad de Dorilton Capital y generar ese efecto nostalgia especialmente en los aficionados más veteranos. Por ahora, aunque Williams lo ha presentado como su nuevo FW45, nos encontramos en una situación similar a la de Red Bull y su RB19, esperando ver cambios, especialmente en los pontones de cara al arranque de la temporada.
Con el ‘tick’ de la sorpresa ya marcado, ahora toca que el equipo dé finalmente un paso adelante después de lo que ha sido un 2022 muy flojo en cuanto a rendimiento y resultados y que se ha trasladado con las salidas de las principales cabezas visibles del proyecto, Jost Capito y François-Xavier Demaison. Habrá que esperar hasta el próximo 20 de febrero para poder ver al nuevo jefe, James Vowles, proveniente de Mercedes-AMG F1, lucir sus nuevos colores, pero sí que se espera una buena dosis de cambios a nivel organizativo para tratar de recuperar el rumbo correcto después de haber caído desde el 8º puesto de 2021 a ser el farolillo rojo en 2022.
Y en ello tendrá mucho que decir evidentemente Alex Albon, un piloto que ya ha dejado ver grandes destellos de calidad al volante de Williams que hicieron olvidar más pronto que tarde la ausencia de George Russell. Aun así, el británico-tailandés todavía parece tener margen de mejora y seguramente este 2023 nos mostrará si se ha visto ligeramente estancado en su evolución o si se ve acompañado de un buen rendimiento del monoplaza para dar algún que otro susto a ese grupo de escuderías que conforman la mitad de tabla.
Logan Sargeant será la otra gran cara nueva junto a Vowles, tratando de quitarse ese estigma de encima que señala a que su llegada a la Fórmula 1 únicamente se respalda por su nacionalidad y no por los méritos o resultados hechos en la antesala de la Fórmula 1. Tercero en la Fórmula 3 en 2020 y cuarto en su temporada de rookie en la Fórmula 2, con dos victorias en carreras del domingo, queda por ver si el de Boca Ratón está ya preparado para la categoría reina, mientras que en la Academia de Williams llegan otros pilotos también con trayectorias deslumbrantes como es el caso de Franco Colapinto. El ítalo-argentino estará acompañado por la tres veces campeona de las W Series, Jamie Chadwick, el piloto de Fórmula 2, Roy Nissany, y al ganador del Aston Martin Autosport BRDC Award, Zak O’Sullivan.
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