Sabíamos a la perfección que la situación provocada por el Coronavirus se iba a convertir en crítica para más de un equipo, algo que también iba a tener incidencia en las escuderías del Mundial de Fórmula 1, en especial para aquellas que se encontraban ya tonteando con los principales problemas económicos. Cuando McLaren hacía referencia a la posibilidad de que dos estructuras pudieran desaparecer, todas las miradas apuntaron indudablemente hacia una de las históricas, Williams, sospechas que han quedado refrendadas después de los últimos movimientos de los de Grove.
La prensa británica confirmaba hace solo unas horas que había sido el empresario Michael Latifi el encargado de aportar ese montante económico para garantizar la supervivencia de Williams al menos a corto plazo. El canadiense, madre de Nicholas, piloto titular de la escudería para esta temporada 2020, habría inyectado hasta 50 millones de libras con el fin de asegurar la continuidad después de que el equipo haya acumulado grandes pérdidas económicas en el primer semeste de 2019, algo que obviamente no ayudó al rendimiento en pista.
Aunque los británicos no basan su modelo económico únicamente en la parte deportiva, contando con un gran bagaje en materia de ingeniería y siendo ahora uno de los estamentos más recurridos en materias de hibiridación o electrificación en la competición, la situación era límite, no haciendo peligrar únicamente la continuidad en la Fórmula 1 de Williams Racing, sino también el futuro de la propia empresa.
El acuerdo para esta inyección de capital por parte de Michael Latifi no viene a cambio de nada. El empresario de la industria alimentaria ha conseguido el compromiso de que tendrá como aval a su inversión gran parte de la colección de automóviles clásicos de Williams (valorada en más de 20 millones de libras), así como la propiedad de la factoría de Oxfordshire (más de 30 millones de libras), lo que pone a las claras lo quebradiza que era la situación económica.
Últimos en las temporadas 2018 y 2019 la icónica estructura dirigida por Frank Williams se ha visto relegada al fondo de la pantalla entre situaciones confusas en torno al rendimiento del monoplaza, los retrasos de la pretemporada y la marcha de sus principales cabecillas técnicos, especialmente la sorprendente huida de Paddy Lowe, el cual no llegó ni tan siquiera a comenzar la pasada campaña. En 2020 pensaban que habían realizado un paso adelante en cuanto al comportamiento y prestaciones del coche, por lo que tratarán de sacar todo el partido cuando la acción pueda reanudarse y aprovechando que se ha decidido congelar la entrada del nuevo reglamento técnico y que se pretende limitar mucho el presupuesto incluso a la escuderías de cabeza ya en 2021.
Vía | Telegraph