Nuevos propietarios, nueva vida. Para Williams, la temporada 2021 es un inicio y un final, todo en uno. Un inicio, porque es el primer año sin la familia Williams al mando, pero también un final al ser el último año antes de la nueva normativa en la que tienen puestas sus esperanzas los nuevos propietarios. A fin de cuentas, con un coche basado en el del año pasado, 2021 tiene que ser un año de transición. En esta tesitura se presentó hoy el FW43B, evolución del coche de 2020 que luce nuevos colores para llamar la atención. Con esta máquina, George Russell y Nicholas Latifi buscarán sus primeros puntos con el equipo (Russell puntuó solo con Mercedes el año pasado). Con esta, quedan mostradas todas las decoraciones de 2021 salvo la de Ferrari aunque sería absurdo no pensar que vayan a lucir el color rojo.
El drama del primer coche del equipo Williams presentado sin estar involucrada la familia de su legendario fundador Frank Williams empezó durante la mañana, cuando un comunicado oficial confirmaba que la presentación no iba a poder realizarse como estaba previsto. El plan original era el de utilizar una app de realidad aumentada que sirviera para mostrar el coche en los teléfonos de quienes la tuvieran descargada. Lamentablemente dicha aplicación fue ‘hackeada’, de manera que el plan quedó cancelado. Esto obligó a Williams a preparar una presentación convencional para mostrar las fotografías de su coche a la hora inicialmente prevista. Llegado el momento, se publicaron las fotografías en la página web y en las redes sociales del equipo para mostrar el aspecto del nuevo FW43B.
A nivel técnico, hay poco que añadir a lo esperable (como por ejemplo los cambios en el fondo plano por los cambios en la normativa). Como todos los equipos, pocas ganas de enseñar nada que pueda ayudar a los rivales… incluso aunque se espere que sean el farolillo rojo de la parrilla. Si además se tiene en cuenta que en Williams no han ocultado que este coche es literalmente una versión ‘B’ del de 2021, poco hay que contar en este apartado. Es en los colores, donde ya hay alguna novedad. Después de perder el patrocinio de ROKiT durante la larga pretemporada de 2020 y verse obligados a sacar una nueva y poco inspirada decoración blanquiazul, la de 2021 tiene por lo menos algo más de carácter… aunque también sirve para ilustrar la difícil realidad que se vive en el equipo.
Con un coche cuyo capó motor al completo emplea líneas en dos tonos de azul por estética para combinar con el logo del equipo en blanco, está claro que no hay patrocinador principal. Apenas unos pocos patrocinadores menores (la mayoría vienen por parte de Latifi) y nada más. Demasiado espacio disponible para dos de los veinte volantes más codiciados en el mundo del automovilismo. Queda mucho trabajo por delante para remediar esa situación. Por lo menos, la combinación bi-tono de azul encaja bien con el frontal en blanco y los detalles en amarillo, convirtiendo el FW43B en un coche vistoso. Ello debería ayudar a que los patrocinadores se fijen en esa máquina, aunque como siempre lo más importante vendrá dado por el cronómetro y no la estética.
En su primera temporada bajo nuevo propietariado, los objetivos de Williams tienen que caer en la realidad. En 2020, Williams completó un año por primera vez sin un solo punto. Se trata del momento más bajo de un equipo histórico que a partir de este año tiene que buscar construir su futuro. Sin embargo, con un límite claro en cuanto a los cambios que pueden realizar de un año al otro como consecuencia del Covid-19, la mejoría que pueden experimentar los de Grove es limitada en el mejor de los casos. George Russell sigue estando en un equipo muy por debajo de su talento, mientras Nicholas Latifi sigue en la categoría reina más por bolsillo que por velocidad. Su único objetivo plausible, pelear con y superar a Haas en caso de que estos últimos sigan sin encontrar un camino claro. Todo lo demás, sería para Williams casi un milagro. Por ahora, tocará preparar la pretemporada y el arranque de mundial en Bahréin.