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WRC 2018: Malcolm Wilson no podrá quedarse con todos

Llegamos a las fechas claves para el mercado de fichajes y después de que Sébastien Ogier haya reconocido que antes del Rally de Catalunya se conocerá su destino para la próxima temporada, es hora de preguntarse qué decisiones tomará Malcolm Wilson acerca de sus pilotos y no sólo en lo que respecta al tetracampeón y su copiloto, Julien Ingrassia. Sin el apoyo de Ford, cada vez parece más complicado que el empresario británico y ex-piloto pueda mantener a su estrella, sin embargo, lo que debe preocupar a Wilson debe ir un poco más allá.

Y es que en la órbita de la formación de Cumbria hay nombres que prometen ser el futuro del campeonato en un futuro no muy lejano. Ott Tänak y Elfyn Evans son dos de los pilotos que se han criado bajo el ala de los de Malcolm Wilson, posiblemente dos en los que más paciencia y dinero ha invertido y uno de los pocos que han podido disfrutar de una segunda oportunidad después de no estar a la altura en la temporada de 2015. El patrón de M-Sport ha reconocido en más de una ocasión que el objetivo es el de retener a ambos, especialmente en el caso de Ott Tänak, el cual ha sonado durante las últimas semanas como futurible de Toyota, mientras que al galés se ha encargado la prensa británica de situarlo como principal opción de mercado para varios equipos.

En el supuesto de salir Ogier, la opción parece clara: el objetivo debe ser mantener a los dos, aunque Elfyn Evans debería seguir siendo piloto DMACK en el supuesto de que la firma de neumáticos no termine de convencer a Malcolm Wilson para que monte sus gomas. En cuanto a Ott Tänak, sin Ogier y tras el gran año que está completando, debería pasar a liderar el proyecto, a la espera de un segundo piloto que le complemente, un joven en desarrollo que conozca los tramos del Mundial y que ya haya dejado impronta de su velocidad. Obviamente estoy hablando de Teemu Suninen, el cual dará el salto a la categoría absoluta a tiempo completo en 2018 sin lugar a dudas.

Para el equipo M-Sport, no es viable retener un año más a la formación de pilotos que le puede hacer de nuevo campeón una década después.

En ese caso, la fórmula es perfecta y da resultado exacto, Ogier sale y Malcolm Wilson se queda con una formación criada en M-Sport, de salarios asumibles por el equipo y que han demostrado una madurez contrastada durante este año. Suninen ocuparía el sitio de propuesta de futuro quedaría, cubriendo su hueco en WRC2 con la llegada de su compatriota, Kalle Rovanperä, el cual debe aportar la publicidad que necesita Malcolm para mantener su negocio con los Ford Fiesta R5, mientras que Eric Camilli llegaría al final de su contrato con el equipo después de un 2017 en el que la mejor noticia para el francés llegó con la victoria en el pasado Rallye de Alemania. Inviable pensar que Kalle por su parte vaya a saltar un escalón hasta la categoría absoluta ya que la FIA debería de darle su visto bueno, panorama difícil de darse al no haber experiencia previa en WRC2 o con los antiguos World Rally Cars 1.6 Turbo, algo que sí tienen los pilotos privados que hasta ahora se han puesto a los mandos de un WRC 2017.

La cosa se complicaría con la permanencia de Ogier. Sin el apoyo económico y técnico de Ford, no es viable la continuidad de la estrella gala, la cual puede conseguir este año su quinto título y de paso hacer de nuevo campeona del mundo a M-Sport (mérito que obviamente no sólo corresponde a Seb). Malcolm Wilson ya admite que no es posible mantener la situación de este 2017, en el que prácticamente ha pagado de su bolsillo el salario de Sébastien, creyendo en un sueño de años.

Se necesitaría un mecenas o patrocinador principal que aporte una cuantiosa cantidad de dinero para permitir que M-Sport mantenga el ritmo de test y de evoluciones de los fabricantes y no le suceda como en la anterior generación, etapa en la que fue perdiendo comba con el paso de las temporadas mientras los paquetes de mejoras tardaban en llegar. La opción de pagar el salario de Ogier gracias a los beneficios derivados de la venta de los Ford Fiesta RS WRC, aunque plausible, no parece viable, por mucho que según datos de Rallye-Magazin, los nuevos coches ronden los 700.000 euros (con unos costes de mantenimiento entre el 30-40% más caros que los anteriores WRC), precio al que habría que descontar los gastos de fabricación y mano de obra.

Imposible quedarse con todos, llega la hora de elegir… o que te elijan.

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Iván Fernández

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