Ha sido una de las grandes dudas acerca del cambio normativo al que se enfrenta el Mundial de Rallyes en un futuro próximo. Los WRC dejarán su sitio a los Rally1 híbridos enchufables en un movimiento que se espera que sirva para atraer a nuevos fabricantes y a su vez, para mantener a los que actualmente se encuentran involucrados. Este último punto parece haberse cumplido, con M-Sport Ford, Hyundai y Toyota apuntando a que estarán presentes a partir de 2022 con la llegada de esta nueva normativa, sin embargo, lo que se ha puesto en duda habitualmente es que pueda llegar alguna marca nueva.
Peter Thul, nuevo director de la empresa promotora del WRC tras la salida de Oliver Ciesla, reconocía recientemente en el evento del #ThinkingForward que el Campeonato del Mundo está mirando más hacia el este que hacia el continente europeo cuando trata de atraer a un nuevo fabricante. Después de que durante los últimos años se pusiera sobre la mesa el posible interés de alguna de las firmas provenientes del país del sol naciente, el jefe de las series ha admitido que el objetivo es llegar a un acuerdo con uno de los grandes fabricantes chinos y que a su vez habría también un japonés
Los fabricantes son muy importantes en todo tipo de aspectos, para la competencia de las relaciones públicas. Y estamos felices de tener socios tan comprometidos con Toyota, Hyundai y M-Sport Ford. Tenemos un enfoque claro para conseguir más fabricantes y no es ningún secreto que estamos apuntando a China en el futuro; ¿por qué no un gran fabricante chino, especialmente cuando hablamos de híbridos enchufables? También hay otro fabricante japonés, potencialmente también candidato – Peter Thul
Llegados a este punto, si repasamos los principales fabricantes chinos con participación en el automovilismo internacional precisamente nos encontramos con dos de las firmas que estuvieron presentes en el pasado Rally Dakar. BAIC (Beijing Automotive Industry Holding Company) y el Grupo GEELY, siendo este último el que se ha dejado ver aún más en competiciones FIA, con su participación a través de Lynk & Co en el WTCR, así como un tejido de marcas que incluye la propiedad de fabricantes como Proton, Lotus, Volvo o Polestar. Great Wall/Haval no parece encajar con su estrategia comercial centrada en los SUV con el WRC a pesar de que el nuevo reglamento técnico permita el reescalado de las carrocerías. MG, perteneciente al Grupo SAIC, sería otra de las opciones con más probabilidades, teniendo en cuenta que en el pasado el fabricante ya anunció su intención de intentar una internada en el campeonato, aunque todavía bajo el reglamento de los WRC 1.6 Turbo de primera generación.
En cuanto al fabricante japonés, con Toyota ya en las series recurriendo en varias ocasiones en la invitación a sus compatriotas, entre ellos Subaru y Mitsubishi, parece evidente que esos dos nombres serían los más evidentes a la hora de hacer cábalas con la posible llegada de uno de ellos. Honda, Nissan y Mazda serían otros nombres a considerar, todos ellos con experiencia en competición y con un amplio bagaje en competición. Estos deseos también condicionan la formación del calendario para el futuro, por lo que es previsible que se vuelva a intentar el viaje a China que tan mal salió en 2016. De confirmarse el viaje a Estados Unidos, quizás sería Subaru la más interesada, capaz de encontrar la promoción perfecta tanto el país de las barras y estrellas como en su Japón natal.
Tenemos dos mercados estratégicos claros a los que nos gustaría llegar. En primer lugar, Estados Unidos es muy importante para nosotros, también para nuestros accionistas, para los fabricantes. Y seguro que China. Lo intentamos hace algunos años, no funcionó. porque hubo todo tipo de problemas. Pero lo vemos como un mercado estratégico y queremos estar presentes en todos los mercados importantes de automóviles con el rally
Vía | Autosport