El año no puede haber empezado peor para todos los que aman los rally-raids y especialmente el Rally Dakar. Después de los fallecimientos a principios de 2024 de René Metge y Jan de Rooy, este 18 de marzo se ha confirmado que Kenjiro Shinozuka también ha muerto después de pelear con el cáncer de páncreas durante los últimos años. A pesar de este proceso, el japonés no dejó nunca de hacer lo que más le gustaba e incluso se le pudo ver haciendo exhibiciones al volante de un coche de rallyes en el marco del Rally de Japón, e incluso fue la mano derecha de Michéle Mouton en las tareas de seguridad de la prueba nipona.
Shinozuka, que ha fallecido a los 75 años de edad, fue el primer piloto proveniente del país del sol naciente que consiguió ganar un Rally Dakar (en 1997), así como los triunfos que consiguió de la mano de Mitsubishi en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Kenjiro y la firma de los tres diamantes fueron durante años protagonistas de una relación icónica, con el piloto asiático siempre acompañado de una sonrisa, disfrutando al volante del Mitsubishi Galant VR-4 entre otros.
Ganador del Asia-Pacifico, su talento y capacidad de gestión no sólo lo llevaron a ser un piloto destacado dentro del Dakar y de la disciplina de los rally-raids, sino que también le llevó a conseguir su primera victoria en el WRC en un terreno que siempre fue muy duro tanto con las mecánicas como con los participantes, el Costa de Marfil, en el que consiguió el triunfo en la edición de 1991 junto a John Meadows, dejando una huella imborrable en el Mundial.
No era la primera vez que una marca nipona conseguía el triunfo en este tipo de eventos al estilo Safari. Durante años fueron los referentes en materia de fiabilidad y si bien el resto de fabricantes que competían en el WRC tenían unos vehículos con mayor tecnología y prestaciones, especialmente con la aparición de la tracción total, fue habitual que las firmas niponas sacaran provecho de la solidez de sus vehículos para imponerse durante años, tanto en la era de los Grupo B, como en la de los Grupo 4 y Gr. A.
A Shinozuka ya se le veían en ese momento maneras en materia de lectura del terreno y gestión mecánica, por lo que no fue de extrañar que finalmente diera el salto hacia los Raids (consiguió múltiples podios y 21 victorias de etapa), ni tampoco que consiguiera un segundo triunfo consecutivo en el Costa de Marfil. Con gran parte de su carrera deportiva ligada a Mitsubishi, fue más que noticiable que Kenjiro decidiera cambiar de marca y apostar por Nissan en 2003, año en el que también se incorporó Ari Vatanen y posteriormente incluso Colin McRae. No guardaría con muy buen recuerdo ese debut con la marca ya que un fuerte accidente llevaría a que Shinozuka entrara en coma, situación de la que pudo recuperarse.
Su leyenda se cuenta por sí misma, como la de un modesto empleado de Mitsubishi que comenzó primero como vendedor de coches y que posteriormente también haría las veces de mecánico de concesionario en la década de los setenta. Una historia que se cuenta por sí misma, que habla una vez más de cómo aquellos pilotos de los sesenta, setenta y ochenta llegaron de forma cuanto menos disparatada para la era moderna a subirse a un coche de la categoría reina de los rallyes y cómo el talento surgía prácticamente a borbotones.
Fotos | Michelin y Mitsubishi