No es habitual ver a coches de rallyes rodando sobre el asfalto de un circuito, pero es cierto que, en la situación actual, se ha convertido en una alternativa para acoger una parte de la competición, con los espectadores controlados y con la opción incluso de realizar una recaudación que pueda ayudar a los organizadores a la hora de asegurar su supervivencia. El momento es delicado, la falta de patrocinadores y grandes masas sin control pueden poner contra las cuerdas a la disciplina mientras no haya una solución desde el lado de la ciencia.
Mientras que en Australia y Estados Unidos ya están presentando sus planes para el regreso de los espectadores a los grandes circuitos (la Indy500 se disputará en agosto con la mitad de la entrada), algunas de las citas del Mundial han valorado la introducción de circuitos con larga tradición en sus respectivos itinerarios, comenzando en este caso por Gales, prueba que ya anunció oficialmente su cancelación y que según la prensa británica, iba a volver a contar con Oulton Park en su recorrido.
Sería por tanto un tramo a realizar por segundo año consecutivo, aunque en este caso cobraría si cabe más importancia ya que se esperaba que el recorrido mixto de casi nueve kilómetros hiciera a su vez las labores de Power Stage. Algo similar a lo que está evaluando el propio Ypres Rallye, candidato a ser una de las alternativas a las pruebas que se han ido cayendo durante las últimas semanas del calendario del WRC 2020.
WRC – Silverstone 1997
En el caso de la prueba belga, se planea el trasladar la acción desde Ypres hasta Spa-Francorchamps durante el domingo y aprovechar que está allí el World RX para crear un espectáculo inimitable. Sin embargo, ha sido recientemente cuando se ha puesto sobre la mesa el rumor de que el Monza Rally podría también ser el broche para la temporada, siguiendo un esquema similar al que por ejemplo también realizará el Circuito de Jarama y el RACE con el Nacional de Asfalto. Por ahora, ninguno de estos dos planes son seguros a ciencia cierta hasta que la FIA apruebe el nuevo calendario para lo que resta de temporada.
Obviamente no es la primera vez que un tramo del Mundial de Rallyes se disputa en un circuito con status internacional. Sin ir más lejos, durante la década de los noventa, los pilotos del WRC compitieron en Silverstone, al igual que en parte del Circuito de Mónaco, algo que se repitió ya a finales de la primera década del Siglo XXI. Incluso el Circuito de Montmeló también acogió una supesepecial mixta en la temporada 1993 y en Portugal se ha recorrido los trazados de Estoril o el de Lousada.
En países como Italia o Gran Bretaña es habitual que haya pruebas específicas de lo denominado como Rally Circuit en los distintos circuitos de ambos países: Brands Hatch, Franciacorta, Misano, Monza o Donington, mientras que en el Benelux, Zolder y Zandvoort también han visto pruebas de esta disciplina de forma muy reciente. Incluso Le Castellet ha acogido dos ediciones del RallyCircuit aprovechando todos los viales de acceso y parte de sus intrincadas configuraciones del Circuito Paul Ricard.
Obviamente se trataría de una opción de emergencia y a la larga al WRC tampoco le puede interesar el que sus coches tengan que recorrer más de 200 kilómetros de enlace para disputar unos tramos espectáculo creados en un circuito, todo ello a pesar de que Portugal o México también optaron en el pasado por hacer grandes desplazamientos de los competidores para buscar hacer shows deportivos en enclaves tan importantes como Ciudad de México o Lisboa.