La batería es un elemento vital para nuestro coche y aunque su vida útil tiene un largo recorrido, no está de más cuidarla para que no sea más corta de lo habitual. Hay factores que influyen en este período de tiempo que no podemos controlar, pero hay otros que sí: el mantenimiento y el cuidado son dos de ellos. Algo que debemos hacer un par de veces intentando coincidir para que, al menos, una de esas revisiones se lleve a cabo antes del invierno. Si a eso añades estos cuatro consejos, tu batería no te la jugará cuando el termómetro se congele.
¿Por qué en otoño? La razón es simple: los meses más fríos del año son la época en la que más sufre la batería del coche y es el momento en el que hay más posibilidades de que falle. Las temperaturas extremas son uno de los peores enemigos de este componente, pero el frío es especialmente dañino: cuando el termómetro baja por debajo de los cero grados pueden llegar a perder un tercio de su carga.
1. Échale un vistazo
El primer paso es tan simple como llevar a cabo un examen visual de la batería. De esta manera es fácil ver si los bornes están limpios de corrosión, fijados y secos. Servirá, también, para adivinar en qué estado se encuentra la carcasa y los cables de conexión: ten en cuenta que se pueden deteriorar o desplazar por el roce o por las vibraciones del motor desembocando en averías eléctricas.
Si tu batería está sellada no tendrás que revisar el nivel de electrolito. Si no es el caso, deberás controlarlo y, además, comprobar si es necesario rellenar las celdas o vasos con agua destilada.
2. Cómo aparcar el coche
El lugar en el que descansa cada día tu vehículo influye en la vida útil de su batería. Lo ideal, evidentemente, es aparcarlo en un garaje… pero sabemos que esto no siempre es posible. En estas situaciones es posible proteger este elemento para mitigar los efectos de las bajas temperaturas. ¿Cómo? Protegiendo el coche con una funda, colocando una manta sobre el capó y poniendo un cartón delante de la parrilla. De esta manera crearemos una capa de aislamiento y evitaremos que el aire se cuele por el vano del motor.
3. Arrancar el coche
Cuando llega el momento de ponerse en marcha hay pequeños gestos que ayudarán a conservar la vida útil de la batería:
- Motor de arranque: no lo fuerces ya que es mejor llevar a cabo intentos breves que uno largo.
- Embrague: si lo mantienes pisado, la mecánica ofrecerá menos resistencia.
- Faros: activarlos brevemente ayudará a que la batería se caliente y funcionará mejor al poner en marcha el vehículo.
Por otro lado, hay procesos que podemos evitar para no obligar a la batería a realizar un sobresfuerzo en una situación delicada para ella como es la exposición a bajas temperaturas: aplaza el encendido de algunos elementos eléctricos como la climatización y enciéndelos cuando el motor esté caliente.
4. Rodajes
Si el coche va a permanecer parado durante un tiempo prolongado, la batería acusará esta falta de actividad. Evitarlo es tan sencillo como mover el vehículo una vez al mes y realizar un pequeño recorrido de unos cincuenta kilómetros: de esta manera, mantiene la forma (tanto el coche como el resto de componentes) y la batería tendrá carga suficiente para arrancar. Sin embargo, no te aconsejamos mantener únicamente el vehículo al ralentí sin moverlo porque no conseguirás cargarla correctamente.