2019 comienza tal y como terminó el año anterior. La incertidumbre sume en un mar de dudas a cualquiera que quiera comprar un coche, ya sea nuevo o de segunda mano, hasta el punto en que muchos potenciales compradores toman la decisión, por otro lado comprensible, de prolongar la vida de su coche actual. Existe una combinación especialmente delicada, la de comprar un coche diésel de segunda mano. Delicada, sobre todo, por dos aspectos que queremos tratar en este artículo. Cómo te afectan restricciones e impuestos si vas a comprar un coche diésel de segunda mano.
La decisión de comprar un coche diésel de segunda mano
Lejos del ruido que se está generando alrededor de la compra de coches, y del diésel, comprar un coche diésel de segunda mano no necesariamente ha de ser una mala decisión. Es más, puede ser una opción bastante recomendable, siempre y cuando tengamos en cuenta algunas cuestiones y, por supuesto, entendamos que para amortizar un diésel es necesario hacer bastantes kilómetros. Si bien es cierto que, en el caso de un coche de ocasión, y a tenor de que la demanda de diésel de segunda mano pueda ser menor, en general son necesarios menos kilómetros para amortizar un diésel de segunda mano, que un diésel nuevo.
La polémica que rodea al diésel, y la amenaza de restricciones e impuestos puede, de hecho, conseguir que este sea un buen momento para comprar un diésel de segunda mano. El diésel supone alrededor del 65% del mercado de ocasión, pero la gasolina gana cada vez más terreno. Ahora bien, veamos cómo te afectan las restricciones y los impuestos.
Las restricciones al tráfico y los diésel
El tema de las restricciones es quizás el más delicado. Actualmente, y en el corto plazo, las restricciones son sobre todo un problema de grandes ciudades como Madrid y Barcelona, especialmente en episodios de alta contaminación. Es importante entender el ámbito en el que vamos a utilizar nuestro coche, puesto que fuera de las grandes ciudades es difícil que vayan a imponerse restricciones al tráfico en función de la clasificación medioambiental del coche. Aunque sí parece que otras ciudades españolas van a seguir en los próximos años los pasos de las decisiones que se están tomando en Madrid o Barcelona.
Os recomiendo la lectura del artículo de mi compañero Sergio, en el que defiende por qué es una buena idea comprar un coche diésel de segunda mano.
La etiqueta medioambiental en un coche de segunda mano
Al respecto de las restricciones, si ese es el tema que nos ocupa, y aún más si queremos utilizar nuestro coche en ciudades como Madrid, es importante tener en cuenta la clasificación medioambiental del coche. Si adquirimos un diésel con tres años o menos, es decir, un diésel matriculado a partir de enero de 2014, contaremos con la misma etiqueta medioambiental que un diésel nuevo, matriculado en 2019. Esto es muy importante tenerlo en cuenta, de cara a futuras restricciones al tráfico.
De comprar un diésel, lo ideal sería que contara con etiqueta de emisiones C, que estuviera matriculado a partir de enero de 2014. Pero si nuestro presupuesto no nos lo permitiera, el siguiente escalón que tendríamos que superar sería el de adquirir un diésel matriculado a partir de 2006, con etiqueta de emisiones B.
Aunque las restricciones al tráfico no nos afecten, en estos momentos, ni nos vayan a afectar en el futuro, por el entorno que utilizaremos nuestro coche, de cara a vender de nuevo el vehículo diésel, en el mercado de ocasión, sí nos afecta. Pensemos que el no contar con una determinada clasificación medioambiental puede devaluar el precio del coche, sobre todo en un mercado en el que un porcentaje significativo de las ventas se concentra en los grandes núcleos urbanos y en Comunidades Autónomas con grandes ciudades. Tras Andalucía, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana son las Comunidades Autónomas que más coches de ocasión diésel adquieren.
La subida de los impuestos al diésel
El tema de los impuestos también es realmente importante. El aumento de los impuestos al diésel no debería disuadirte de comprar un coche de segunda mano diésel, si realmente lo necesitas para hacer muchos kilómetros al año. Lo que sí condiciona que aumenten los impuestos al diésel, sin duda, es que para amortizar un diésel, frente a un gasolina, será necesario recorrer más kilómetros. Ese punto, junto con otros inconvenientes que nos puedan afectar, como el del etiquetado medioambiental y las restricciones, harán que comprar un diésel de segunda mano compense un poco menos que ahora.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que la subida propuesta por el Gobierno para reducir la bonificación, de los impuestos especiales sobre hidrocarburos, del diésel, frente a la gasolina, aún no ha entrado en vigor, y podría no hacerlo. De hecho, estos días os hablábamos de la subida de impuestos al diésel en 2019 y las probabilidades de que suceda. Está pendiente de la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado, que aún no cuentan con apoyos suficientes para salir adelante, o de que el Gobierno aplique la medida mediante la fórmula del Real Decreto-Ley.
Aunque sí es cierto que, salvo sorpresa, y ya sea a iniciativa del Gobierno actual, o los sucesivos, en los próximos años esa diferencia de los impuestos aplicados al diésel y la gasolina acabará desapareciendo. Y eso significaría que los impuestos al diésel aumentarían hasta en 9,55 céntimos de euro por litro repostado.