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Los diésel tienen mucho que agradecer a la tecnología del AdBlue que, en esencia, se basa en tratar los gases de escape de nuestro coche con un fluido que facilita la eliminación de los NOx o, mejor dicho, su reducción a N2 y H2O. Pero si vas a comprar un diésel lo que te interesa saber es que el Adblue reduce drásticamente las emisiones que más nos preocupan de los diésel. De manera que esta tecnología hace que los diésel modernos sean menos contaminantes y, sobre todo, cumplan con las normativas de emisiones más estrictas que se van a imponer. Pero también tienen algunos inconvenientes. ¿Por qué deberías comprar un diésel con Adblue? ¿Y por qué no?
Los diésel con tecnología AdBlue
Comprar un diésel moderno con AdBlue – que en realidad no es la tecnología, que técnicamente conocemos como SCR, y reductores o convertidores catalíticos y catalizadores, sino la marca registrada de una solución basada en urea – es siempre una garantía de que nuestro coche gozará de unas emisiones de gases contaminantes más bajas y, por ende, cumplirá con las últimas normativas de emisiones.
El AdBlue, en cualquier caso, implica que el motor de nuestro diésel cuente con un sistema adicional y, por lo tanto pueda ser propenso a sufrir algún fallo. Aunque estos dispositivos no han evidenciado que sean especialmente problemáticos, como sí ha sucedido con anterioridad como los sistemas de recirculación de gases (EGR) y filtros de partículas (DPF o FAP). Por otro lado, y aunque su coste no sea demasiado elevado, si nuestro coche incluye un dispositivo de este tipo debemos tener en cuenta que requerirá un mantenimiento básico, recargar el depósito de AdBlue, como os contábamos recientemente en un artículo: cómo rellenar Adblue y su precio.
El Honda Civic diésel, que se comercializaba hasta hace poco, ha sido uno de los últimos diésel en superar la normativa de emisiones Euro 6d-temp sin necesidad de un sistema de reducción de emisiones basado en AdBlue.
Diésel más limpios sin necesidad de AdBlue
Por otro lado, es cierto que existen coches con motor diésel que son capaces de cumplir con las normativas de emisiones más estrictas sin necesidad de equipar un dispositivo basado en AdBlue. Dado que el AdBlue tiene un coste, lo inteligente para el cliente que va a comprar un coche diésel sería buscar el automóvil que cumpla con la normativa de emisiones más estricta prescindiendo de este sistema. Y es que, en definitiva, si en el futuro se extiende el sistema de etiquetado de emisiones, o se establecen nuevas restricciones, lo que va a determinar que un coche sea más limpio que otro no será que equipe AdBlue, sino la normativa de emisiones para la que fue homologado. En cualquier caso hablamos de situaciones que se puedan dar en el futuro, actualmente un coche nuevo que supere la normativa Euro 6 más estricta tendrá la misma etiqueta de emisiones que aquel que simplemente superó la normativa Euro 6 menos estricta, con o sin AdBlue.
En el futuro, con la entrada en vigor de las normativas de emisiones más estrictas, todos los coches diésel acabarán equipando un sistema de reducción de emisiones basado en AdBlue. Actualmente algunos coches, generalmente compactos y de pequeño tamaño, son capaces de superar normativas de emisiones estrictas, sin necesidad de un sistema basado en AdBlue. Mientras que los coches diésel más grandes sí requieren su instalación.
El nuevo Mazda 3 también equipa motor diésel Euro 6d-temp sin necesidad de emplear un sistema de reducción de emisiones basado en AdBlue.
Los diésel y las normativas de emisiones
De manera que si vas a comprar un coche diésel lo más importante es fijar la atención en la normativa de emisiones para la cual fue homologado, cuanto más estricta sea, más bajas serán las emisiones del coche, y más garantías tendremos en el futuro de que no sufrirá restricciones. La normativa más estricta de todas sería la Euro 6d, más que la Euro 6d-temp, que a su vez es más estricta que la Euro 6c.
Aunque no queremos extendernos demasiado, hemos de entender que la diferencia entre la Euro 6d y la Euro 6d-temp, es que para cumplir la primera el diésel ha de homologar unas emisiones de NOx en unos umbrales mucho más bajos que la segunda. Unos umbrales que se definen por las emisiones que se han certificado en los procesos de homologación aplicando un factor de conformidad que determina una relación entre el límite definido bajo el anterior protocolo de homologación NEDC, y los nuevos, bajo ensayos RDE, que lógicamente son más estrictos. De manera que si un diésel Euro 6d-temp ha de cumplir con un factor de conformidad del 2,1, un Euro 6d ha de superar un 1,5. Si un diésel Euro 6d-temp ha de homologar bajo RDE unas emisiones de NOx por debajo de 168 mg/km, en el caso del Euro 6d el umbral es incluso más estricto, por debajo de 120 mg/km.
En definitiva, los sistemas SCR basados en AdBlue son muy beneficiosos para los diésel modernos, pero tienen su desventaja para el comprador de un diésel nuevo. Y el comprador no ha de fijarse únicamente en el sistema AdBlue, sino en que el coche que va a adquirir supere la normativa de emisiones más estricta y, a ser posible, que lo consiga sin dispositivo de tipo AdBlue.
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