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La DGT puede dar de baja de oficio a un automóvil que en los últimos diez años no haya contado con seguro, ni haya acudido a la ITV. Con una edad media que supera con creces la década, el parque automovilístico de España cuenta con millones de vehículos cuyo uso se limita a pequeños desplazamientos en pueblos y núcleos rurales. No es difícil tampoco encontrar vehículos que se tiran décadas sin moverse dentro de un garaje, casuísticas sobre las que la DGT quiere mejorar su control, con una nueva herramienta, la de las bajas de oficio. ¿Qué son las bajas de oficio y cómo quiere utilizarlas la DGT?
El parque automovilístico español es uno de los más envejecidos de su entorno, una característica a la que no ayuda el hecho de que buena parte de la población esté establecida fuera de los núcleos urbanos más grandes, contando con mucha ciudadanía dispersa en zonas en las que la densidad demográfica es muy baja, lo que obliga a mantener en funcionamiento vehículos que no siempre se pueden renovar.
¿Qué es una baja de oficio?
La DGT dará de baja de oficio todos los vehículos que en los últimos 10 años no hayan contado con seguro ni hayan acudido a una ITV. Con este procedimiento quiere mejorar el control sobre el parque automovilístico de nuestro país, permitiendo además retirar de la circulación vehículos que no deberían seguir circulando por razonas tanto administrativas como de seguridad.
El proceso es automático: la baja de oficio se realiza sin que el dueño o titular del vehículo realice ninguna acción, ya que es la DGT la que se encarga de todo el procedimiento si detecta un vehículo susceptible de ser dado de baja. El trámite de oficio, por tanto, se realiza sin intervención alguna del titular.
Las bajas de oficio están reguladas por el Reglamento General de Vehículos, que ha sido modificado en 2021. Hasta entonces no existía la figura de la baja de oficio, de manera que la DGT no contaba con ninguna herramienta para llevar a cabo éste trámite.
¿Qué es una baja temporal?
Se denomina baja temporal al procedimiento que permite dar de baja un vehículo de manera que esa situación de baja sea reversible. Una baja temporal permite «salir de circulación» a un vehículo durante un tiempo determinado, de manera que cuando el propietario lo considere adecuado y pertinente, puede volver a «rehabilitar» (dar de alta) el vehículo o, por contra, dar de baja definitivamente el vehículo.
El trámite de baja temporal tiene un coste muy bajo, y la DGT permite incluso llevarlo a cabo a través de su Sede Electrónica, de manera telemática. Para poder dar de baja el vehículo éste no puede contar con ningún precinto administrativo como, por ejemplo, un embargo de la Agencia Tributaria. Durante el tiempo que el vehículo esté de baja temporal, estará exento del pago del impuesto de circulación. Tampoco tendrá que pasar la ITV.
Las bajas temporales han sido indefinidas en el tiempo (una contradicción si tenemos en cuenta la nomenclatura del trámite) de manera que un usuario podía dar de baja temporal el vehículo y que éste permaneciese en esa situación administrativa durante décadas sin mayor problema. La DGT ha reformado el Reglamento General de Vehículos, de manera que éstas cuentan con una duración de un año, pudiéndolo alargar las veces que sean necesarias.
¿Qué es una baja definitiva?
Además de la baja temporal que acabamos de detallar, la DGT ofrece también otra alternativa: la baja definitiva. Como su propio nombre indica, la baja definitiva tiene un carácter más rotundo, especialmente diseñado para supuestos como el final de la vida útil del mismo. También está pensada para vehículos históricos que vayan a ser destinados a exposiciones o museos.
El trámite de la baja definitiva es gratuito, aunque no es posible realizarlo de manera telemática, ya que se requiere la entrega del vehículo y de su documentación en un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos, más conocido como desguace. Éste te entregará un certificado de destrucción del vehículo, válido para justificar ante cualquier administración que el vehículo en cuestión ha causado baja de manera definitiva.
En general, una vez que un vehículo ha causado baja definitiva en los ficheros de la DGT resulta prácticamente imposible volver a darlo de alta, aunque Tráfico admite ciertas casuísticas en las que es posible volver a causar alta con un vehículo que previamente ha estado de baja, aunque ésta sea definitiva.
¿Cómo rehabilitar administrativamente un coche dado de baja?
Como ya hemos comprobado, existen diferentes tipos de baja cuando hablamos de un vehículo matriculado en nuestro país. Sí, es posible dar de alta un vehículo que esté de baja, pero no en todos los casos. Es lo que desde la Dirección General de Tráfico califican como de «rehabilitación».
Si hablamos de las bajas temporales, bien sea porque nosotros voluntariamente hemos procedido a dar de baja temporal un vehículo o bien porque la DGT haya actuado de oficio y haya dado de baja un vehículo que está a nuestro nombre, podremos rehabilitar la situación administrativa del mismo y darlo de alta de nuevo.
Este trámite puede llevarse a cabo en cualquier momento, teniendo además aplicación inmediata. Eso sí, desde el momento en el que el vehículo vuelva a estar de alta recuerda que es obligatorio que cuente con ITV en vigor y seguro en activo. Además, deberás abonar el impuesto de circulación correspondiente al año en curso o, al menos, la parte proporcional que corresponda.
Si hablamos de bajas definitivas, es necesario especificar que únicamente podremos rehabilitar un vehículo si se da uno de estos tres casos:
- Vehículo dado de baja por exportación: te has llevado tu vehículo al extranjero y al cabo de un tiempo regresas con él. Se puede dar de nuevo de alta, recuperando incluso la matrícula original.
- Rehabilitación de un vehículo anterior a 2004: si el vehículo fue dado de baja antes del 13 de febrero de 2004, puedes darlo de nuevo de alta.
- Rehabilitación de vehículos adjudicados en subasta de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Desde el momento de la rehabilitación el vehículo vuelve a ser apto para la circulación en vía pública, lo que implica, lógicamente, que el vehículo debe contar con ITV y seguro en vigor. Si no es así, no se puede conducir y deberás trasladarlo a una estación de ITV en grúa para que sea inspeccionado.
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