Con la desescalada, muchos conductores que llevábamos más de dos meses sin conducir, o cogiendo muy poco nuestro coche, en contadas ocasiones, volveremos a recuperar esta actividad que tanto nos gusta. No obstante, la Dirección General de Tráfico lleva semanas advirtiendo de los riesgos que nos acechan en la carretera, de cómo la situación vivida durante el confinamiento al que nos ha llevado la propagación de la COVID-19 puede habernos llevado a bajar la guardia. La DGT se pone seria y advierte del peligro que te acecha al pisar a fondo el acelerador, el denominado efecto túnel. ¿Pero en qué consiste?
La DGT se pone seria con los excesos de velocidad
La DGT estos días remitía a un informe de la Fundación Línea Directa que apunta que este año perderán la vida unas 600 personas en carreteras convencionales, una cifra dramática que, no obstante, sería un 27% inferior a la del año pasado. Según Tráfico, estas cifras que, no obstante, se deben a la reducción del tráfico por el confinamiento durante el estado de alarma, podrían ser demasiado optimistas. Y es que la DGT lleva advirtiéndonos durante las últimas semanas de que infracciones, como los excesos de velocidad, se están incrementando, debido a que los conductores, de alguna forma, han bajado la guardia.
A esta bajada de la guardia deberíamos añadir la previsión de que, ante el complicado panorama turístico internacional que se ha dibujado este año por la COVID-19, los viajes nacionales por carretera podrían incrementarse en verano, y también trayectos en distancias medias, que son potencialmente peligrosos por propiciar que reduzcamos nuestra concentración y se circule más por carreteras secundarias. Por otro lado, el efecto túnel del que nos habla la DGT es si cabe aún más importante en vías convencionales.
El efecto túnel y los excesos de velocidad
La infografía que vemos más arriba ilustra perfectamente lo que denominamos como efecto túnel, y que tanto preocupa a la DGT. A pesar de que los humanos somos capaces de captar un campo de visión próximo a los 180º, en la práctica, nuestra capacidad natural para captar imágenes con nitidez se reduce a unos 104º en horizontal y unos 110º en vertical. El problema, y la cuestión que aborda el efecto túnel del que habla la DGT, es que esa capacidad para captar imágenes con nitidez en un ángulo determinado se ve reducida drásticamente con la velocidad.
Insistimos que esta infografía resulta muy útil para entender este efecto, que a velocidades elevadas, a 150 km/h, reduciría nuestro ángulo de visión a prácticamente 18º o, en otras palabras, a apreciar con claridad los objetos que se encuentran frente a nuestra vista, en un campo muy reducido. Pero aún resulta más útil para entender los riesgos a los que podemos exponernos, por ejemplo cuando por el arcén circulan vehículos mucho más lentos, como una bicicleta. El campo de visión del conductor también se ve dramáticamente afectado al cometer otras temeridades, como conducir bajo los efectos del alcohol.
La velocidad, por supuesto, entraña otro tipo de riesgos, como la pérdida de control de nuestro vehículo y reducir nuestra capacidad de reacción en el caso de tener que afrontar una situación de riesgo, impidiendo que evitemos el siniestro y agravando las consecuencias de un accidente de tráfico.
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Recordemos que en algunos países, como Alemania, existen tramos sin límite de velocidad. Pero como ya os contaba en un artículo sobre las lecciones de seguridad vial que he aprendido conduciendo a más de 200 km/h, solo es legal hacerlo en tramos que están especialmente señalizados para ello y exige de una gran responsabilidad del conductor, que debe comprender muy bien las prestaciones de su coche, leer la situación del tráfico y la carretera y ser muy respetuoso con el uso de los carriles y la iluminación de señalización.
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