Según avanza la desescalada, vamos recuperando nuevos hábitos, como el de viajar – siempre cumpliendo con las normas de la desescalada en fases – y conducir nuestros coches. Y la DGT recupera sus campañas habituales de concienciación, para que los conductores no bajen la guardia y, sobre todo, para disuadirnos de cometer infracciones. La DGT recuerda por qué frenar en los radares no siempre evita la multa, aprovechando también que la actividad de vigilancia habitual comenzará a recuperarse, y los medios no automatizados, como los radares móviles, recuperarán el ritmo anterior al estado de alarma.
Los radares de tramo de la DGT
Para ilustrar la poca efectividad de frenar en los radares, la DGT nos recuerda la existencia de los radares de tramo. Recordemos que estos dispositivos no solo son capaces de detectar nuestra velocidad en un punto, y un instante concreto. Los radares de tramo se basan en dos dispositivos, dos cámaras, que identifican nuestra matrícula y, por lo tanto, nuestro coche, y el instante en que hemos pasado por el primero, la puerta de entrada, y el segundo, la puerta de salida. Con este dato, el tiempo y la distancia recorrida, Tráfico ya es capaz de calcular nuestra velocidad media y sancionarnos si hemos superado los límites de velocidad.
Pero eso no es todo.
Radares dobles y en cascada
En los últimos años la Dirección General de Tráfico ha desarrollado nuevas estrategias de vigilancia para disuadir a los conductores de circular a gran velocidad y frenar únicamente en los radares fijos que, recordemos, están debidamente señalizados, y geoposicionados.
Una de las estrategias más peculiares, sin duda, ha sido la de los radares dobles. Tráfico ha instalado en muchos tramos varios radares, que están situados en distancias de apenas unos kilómetros. Lo habitual es que este tipo de radares estén colocados en tramos críticos, como túneles y viaductos, o tramos de especial peligrosidad.
Otra estrategia curiosa, y polémica, ha sido la de los radares en cascada. Tráfico ha comenzado a instalar radares móviles muy cerca de la posición en la que se encuentran los radares fijos. La idea es sencilla, y clara, identificar a aquellos que exceden los límites de velocidad, que frenan en el radar fijo, y bajan la guardia recuperando una velocidad excesiva al superar el radar.
La DGT multa por frenar en los radares
Históricamente, y aunque no sea lo habitual, también hemos visto cómo la DGT vigilaba los radares fijos, e incluso sancionaba a conductores que han frenado con insistencia al llegar un radar fijo. El caso más habitual es el del conductor que intenta realizar un adelantamiento, llega al radar, y frena. Recordemos que la reducción de velocidad también está regulada en el Reglamento General de Circulación y que frenar injustificadamente, si no existe un inminente peligro, es una infracción grave que puede costarnos hasta 200 euros de multa.
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